Consigna 1º Integrador

Para este número de "Relatos del siglo XX" le pedimos elabore un artículo de 6.000 caracteres con al menos tres links internos al blog de la materia y tres links externos a páginas que usted sugiera en el cual construya un relato de algún personaje (obrero/a, estudiante, empresario, político) en un hecho histórico de la primera mitad del siglo XX.
Se evaluará la originalidad del relato en su capacidad de situarlo en su contexto histórico y las relaciones que establezca de los hechos con su vida. Deberá sumar alguna imagen y destacar un párrafo síntesis que destaque el contenido del mismo. No podrá tomar un tema que haya elaborado en su trabajo práctico.
El plazo de presentación es el miércoles 29 de junio a las 12 hs. El mismo se posteara con el mail clave que oportunamente le fue dado.
A su vez, se le pedirá que evalúe un artículo en forma anónima con seudónimo, señalando fortalezas, debilidades y sugerencias de cambios al artículo. Este comentario deberá ser realizado antes del viernes 1 de julio.

domingo, 3 de julio de 2011

Mis ancestros.

Mi nombre es Alejandro Gabriel Kellner y voy a hablar sobre mis bisabuelos y mis abuelos por parte de mi madre y de mi padre. Voy a comparar como fueron sus vidas en la primera mitad del Siglo XX, fundamentalmente en cuanto a las diferencias entre quienes vivieron los tiempos de la Segunda Guerra Mundial en la Argentina, en Europa o como recientes inmigrantes cuando llegaron a la Argentina.
Mi abuela materna nació acá, en Argentina, en el Gran Buenos Aires, en la zona de Lomas de Zamora, que en esa época no había nada, era todo campo y vivió la Segunda Guerra Mundial acá. Mis abuelos paternos estaban recién llegados a la Argentina, escapando del nazismo que ya estaba instalado en Europa, y de la guerra  que se perfilaba como inevitable. Mi abuelo materno vivió en Europa todo el proceso de la Segunda Guerra Mundial, siendo soldado, y vino a la Argentina recién después de terminada la misma.
Mi abuela por parte de mi mamá nació acá en la Argentina, sus padres, mis bisabuelos (que eran primos entre sí), vinieron alrededor de 1890 desde Italia buscando mejorar sus condiciones de vida y las condiciones favorables que los gobiernos argentinos promocionaban en ese entonces. Llegaron y se quedaron en la casa de familiares que habían venido antes y empezaron a trabajar “desde abajo”. El papa de mi abuela, mi bisabuelo, era conductor del medio de transporte público que se llamaba  “tranvía a caballo” con un recorrido que iba entre Lomas de Zamora y Constitución. Mi bisabuela trabajaba de madre de crianza en un hospital público, algo parecido a una enfermera, cuidaba a los chicos enfermos que estaban internados en el hospital que no tenían padres y les daba de mamar. Mi abuela nació como última hija de 6 hermanos en 1926 y trabajó desde muy chica, desde los doce años, en una fábrica de pirotecnia y mas tarde hizo trabajos de costura para una casa de ropa muy famosa de esa época. Después cerca de los 20 años trabajó de enfermera, como su madre en el Hospital de Niños. Mi abuela vivió la época de la guerra y de la crisis del ’30 acá en Buenos Aires y recuerda la escasez de alimento y productos que había ya que acompañaba a su mamá a buscar una vez por mes alimentos a la comisaría (harina y azúcar). En resumen, vivió el segundo cuarto de siglo en un ambiente de trabajo, a los ojos de ella, o al menos en sus recuerdos y dada su corta edad, sin preocupaciones destacadas por hechos político, en un ambiente constante progreso.
Mi abuelo por parte de mi mamá vino a la Argentina en 1950, después de terminada la guerra; él era italiano y combatió en la Segunda Guerra Mundial para Italia. Cuando termino la guerra e Italia había quedado devastada. Con la falta de posibilidades que se presentaban, pensaba en seguir el mismo camino que su propio padre había recorrido medio siglo antes, al emigrar a los Estados Unidos para encontrar trabajo y ahorrar un capital. Ese bisabuelo luego regresó a Italia, y con lo ahorrado logró comprar unas tierras para cultivar, estas  serian el sustento de toda la familia, cultivaban vid y nueces. Pero para mi abuelo eso no serviría de sustento, ya que esos terrenos serian luego compartidos con varios de sus hermanos. Así que buscó similar suerte a la de su padre, y  vino para la Argentina en busca de trabajo. Resulta que casualmente alquilaba una habitación en la casa de los padres de mi abuela, que ahí fue donde se conocieron. Ya en el 1952 se casaron y en 1954 nació mi mamá.  En este caso, la primera mitad del siglo XX se recuerda como una época de escaseces, tiempos de trabajo duro, o directamente falta de trabajo. Tiempos de conflictos bélicos, que en definitiva pueden invocarse como el origen de las dificultades que los individuos tuvieron que soportar. Y eso sin contar el hecho de haber servido como soldado en su tierra.
Mi abuelo por parte de mi padre vino a la Argentina, en 1938, desde Austria escapando del nazismo y de la invasión que Hitler ya había realizado en su país vecino. Él era un asistente de dirección en la producción de películas de cine y ya había empezado a mandar curriculums para Argentina estando aun en Europa. Tenía el antecedente de su tío que ya había emigrado a la Argentina casi una década antes. Esto posibilitó que la tía de mi abuela solicitara una “llamada” de su marido para poder ingresar al la Argentina, que ya empezaba a restringir las posibilidades de emigración. A su vez  la tía de mi abuelo logró que pudieran venir su propio padre (mi tatara-abuelo), su hermana (mi bisabuela) y mi abuelo. Éste logró conseguir un  trabajo como fotógrafo, pero para eso se tuvo que trasladar a Córdoba, a Villa María. Trabajo de fotógrafo un tiempo, y después se empezó a dedicar a la industria, entro en una empresa de neumáticos donde trabajo mucho años de su vida hasta convertirse en gerente de compras y siguió trabajando ahí. Mi abuelo tuvo una rápida inserción y bienestar, en parte por llegar a un nuevo país en el que ya se contaba con una base de familiares arraigados, y en parte por la formación cultural-profesional, que es un bien que aun en tiempos de guerra no se pueden confiscar.
Mi abuela por parte de mi papá, también austríaca, vino semanas después que mi abuelo junto a su padre y su madre (mis bisabuelos), pero en un momento ya mucho más complicado que él, también huyendo de los nazis y tratando simplemente de salvar sus vidas. Vino a la Argentina en el último barco que salía de Europa, ya que después las comunicaciones se interrumpieron porque ya era muy peligroso viajar por el océano, debido a la guerra. Mi bisabuela pertenecía a una familia pudiente de Austria, eran 14 hermanos, con una sólida posición económica y social en una ciudad cercana a Viena, y referentes de toda la comunidad. La casa familiar era muy grande (recordemos que eran 14 hermanos). Cuando las fuerza de Hitler anexaron Austria, y el nazismo empezó a perseguir a los judíos, la gran casa familiar fue confiscada, aunque mi abuela y bisabuelos ya no vivían en ella. El bisabuelo se dedicaba al comercio y repentinamente tuvieron que abandonar todo, su forma de vida, sus propiedades y sus bienes. Hasta el último día de su vida, mi abuela se lamentaba de que “le habían sacado hasta su bicicleta”. Tenía 12 años en ese momento. Cuando mi abuela y sus padres, mis bisabuelos, llegaron acá a la Argentina no tenían nada de nada. Con la poca plata que pudieron traer vivieron bastante tiempo en una habitación de un conventillo en Maipú y Córdoba, donde, al principio, lo único que podían llegar a comer una vez al día, era un pan con manteca a la noche. Pero estaban contentos; estaban vivos. Después lograron tener en la habitación un pequeño calentador a querosén. Al poco tiempo, el padre de mi abuela murió de cáncer, y mi abuela con mi bisabuela se tuvieron que arreglar con lo poco que tenían. Después de terminada la guerra, con Hitler derrotado, el gobierno austriaco le devolvió a mis bisabuelos su casa en Austria, la cual a pesar de ser enorme y tener muchas habitaciones, estaba todo tan desvalorizado después de la guerra que, con la venta de esa casa, solo pudieron comprar dos departamentos de un ambiente acá en Buenos Aires. Uno de esos departamentos lo usaban para vivir, mientras que el otro lo alquilaban y de eso vivían. En el caso de mis abuelos paternos, podemos decir que los hechos políticos produjeron una emigración forzada, buscando fundamentalmente la sobrevivencia.

De la comparación de como fueron las vidas de mis antepasados durante la primera mitad del Siglo XX, fundamentalmente en cuanto a las diferencias entre quienes vivieron los tiempos de la Segunda Guerra Mundial en la Argentina, en Europa o como recientes inmigrantes cuando llegaron a la Argentina, surgen estos hechos que se dan en la historia de muchas familias.

http://elmundoenelsigloveinte.blogspot.com/2011/04/crisis-del-29-cuando-todo-se-caia.html

La Rata Eli

La Rata Eli (http://www.youtube.com/watch?v=VeLFNeM58b0&feature=related)

Este relato cuenta la historia de un humilde trabajador, que logra subir en la escala social gracias a su casamiento con la hija de su jefe. Este suceso lo enfrenta a diferentes situaciones que lo harán descubrir cual es el lugar de cada uno, y cual debería ser el lugar. Disfrutenlo.
Cuando yo empecé a trabajar para el señor Ismael Azcarate Charrúa, mi suegro, yo no tenía ninguna idea de cómo manejar empleados. Siempre había hecho el trabajo por mi cuenta, eran mis manos las que siempre se habían ensuciado. Pero ahora tenía que ordenar a gente como yo, sólo que sin tanta suerte. Ismael me detestaba, siempre esperando mi error, dirigiéndome la palabra lo mínimo necesario. Sin embargo no podía evitar que su hija me amara y fuese feliz conmigo.
El primer día que me relacioné con “mis empleados” (así me hacía llamarlos Ismael) no pude mirarlos a los ojos: habían sido compañeros míos, amigos míos. ¿Y ahora los tenía que tratar como inferiores?
Me di cuenta que nunca podría ordenarle a nadie qué hacer, ya que mi Jefe decía que “se necesitaba mano dura para mantener esos brutos a raya”. Yo no entendía cómo iba a poder dormir por las noches si hacía lo que siempre había detestado. Cuando Ismael se enteró, me trató de flojo, y decidió que lo iba a ayudar en las relaciones con sus accionistas. Mi madre, que en paz descanse, me había enseñado muchas cosas, entre ellas hablar muy bien inglés, atributo que Ismael aprovechó muy bien, logrando que esté de reunión en reunión, sin parar, sin volver a casa, sin poder ver a mi querida Elizabeth. Todos estos problemas se vieron eclipsados cuando empezó la crisis.
Yo tuve la tortuosa misión de contarle a Ismael el problema en el que estábamos inmersos: los inversores, que tanto trabajo me había tomado juntar, estaban retirando el capital que nos habían cedido, endeudándonos enormemente. Por otro lado, para empeorar las cosas, nuestras exportaciones bajaron enormemente, a causa de que los países que nos compraban empezaron a cerrar puertas. Su reacción fue desastrosa: empezó a arrojar todos los objetos que sus manos encontraban, desde tinteros hasta sillones. Yo decidí abstenerme de emitir opinión alguna, ni emoción siquiera, ya que era posible que yo me transformase en objetivo principal de esa amenazante lluvia de objetos.  Después de los objetos vinieron los insultos, dirigidos al mundo, al país, a su empresa, a él mismo, y luego a mí. Yo sabía que me iba a usar de excusa, siempre lo hacía, pero no era lo ideal pelearme con mi proveedor de trabajo y suegro al mismo tiempo. Cuando su ira se agotó, decidió que iba a mantener las exportaciones, cueste lo que cueste.
La “Salvación” llegó de la mano del Presidente Justo, que creó un tratado con los ingleses. El tratado nos incluía dentro de la lista de compras de Gran Bretaña, que en un principio había decidido solo comerciar con sus colonias, pero que había aceptado nuestra inserción sólo si vendíamos nuestros productos más barato que el mercado mundial. A cambio de esto, nosotros  aceptábamos su entrada completa al mercado de los frigoríficos. Los empresarios salieron completamente satisfechos de este acuerdo. Yo salí preocupado: ¿Cómo afectaría este tratado a la gente? ¿Cómo lo afectaría a mi gente? En ese momento descubrí cual era mi lugar en la vida. No era mandando manadas de humanos que cada vez eran menos humanos. Mi misión, mi lugar, mi objetivo, es lograr una patria en la cual ningún hombre decida en nombre de otro. Todos decidimos en nombre de todos.

viernes, 1 de julio de 2011

La llegada del Infierno- Manuel Rodríguez




Mi trabajo relata la vida de una persona que vivió en Alemania en la época del nazismo, en la cual se produjo una dura persecución a las personas que conformaban la comunidad judía.

Nunca pensé que algo como esto pudiera sucederme, la verdad que no encuentro en este pensamiento algo de lógica, de sentido común; un pensamiento el cual fundamente la persecución de personas por pertenecer a una religión diferente. De considerarse perteneciente a una raza "superior" la cual provoca un genocidio, un exterminio a la raza "inferior" (nosotros, los judíos).A continuación voy a relatar mi atroz historia, la cual me provoca un profundo dolor recordarla.

Tuve el destino de nacer a principios del siglo XX. Años después de que Alemania fuera vencida en la Primera Guerra Mundial. La posguerra provocó que se  prendieran una serie de ideas nacionalistas, que crearon un ambiente de intolerancia y revanchismo; en consecuencia de las medidas forzadas que Alemania tuvo que obedecer como ceder territorios, renunciar a sus colonias, entregar parte de su armamento, y mantener un ejército reducido.

Se podría decir que tuve una infancia feliz hasta que llegó la invasión alemana. A partir de este acontecimiento, se redactó una ley la cual forzaba a los judíos a usar una estrella amarilla para identificarnos, para discriminarnos. Tomé la actitud de rebelarme contra esa ley porque los niños no judíos no querían jugar conmigo. Por mi rebeldía frente a la ley que sancionaron, se me entregó una notificación oficial la cual informaba que ya no podía asistir a la escuela, por lo que mis padres optaron por esconderme. Creyeron que podrían hacerlo hasta que todo este período nefasto para nosotros pasase, y una vez así pudiéramos seguir con nuestra vida común; pero no fue así. A partir de que asumió Adolf Hitler, el máximo exponente del nazismo, este régimen seguía obteniendo más y más poder. Para explicar en pocas palabras la personalidad de Hitler, tenía una serie de puntos de tipo visionario de carácter innegociable como la eliminación de los judíos; la consecución de un espacio vital para garantizar el futuro de Alemania; la raza como explicación de la historia del mundo y la lucha eterna como ley básica de la existencia humana.

Aunque por un tiempo pude evadir al ejército nazi, terminaron por encontrarme, me subieron en un camión y me llevaron a Auschwitz, un campo de concentración. Fui separado de mi familia, me raparon la cabeza y me dieron el uniforme de los campos de concentración.
Auschwitz-Birkenau era un doble campo, era tan extenso que solamente la alambrada electrificada que rodeaba a Birkenau (el centro de exterminación), tenía aproximadamente doce kilómetros; cada uno de los campos, uno a cada lado del ferrocarril, medía unos siete kilómetros cuadrados. Me acuerdo que había torres de vigilancia que se levantaban a intervalos regulares a lo largo de la alambrada electrificada. Estas torres estaban dotadas de guardias armados de las SS, todavía puedo recordar las luces blancas que emanaban de los reflectores que iluminaban las instalaciones por la noche.
Se realizaban selecciones para el trabajo, los que resultaban rechazados les esperaban las cámaras de gas que aparentaban ser unas casas de baños, y el crematorio. Los prisioneros aptos eran conducidos en formación y desnudos, numerados mediante tatuajes y vestidos con un sucio uniforme del campo de concentración.
El Sonderkommando (la brigada especial que se encargaba de este trabajo) regaba los cadáveres apartándolos y cargándolos en plataformas, que los descendían a los crematorios que estaban en la parte inferior.
Lo único que se puede decir de Auschwitz, es que no existe expresión alguna en el mundo para poder describirlo, era el infierno en la tierra. En los días nos levantábamos a las tres de la mañana, a las cuatro en verano. Cuando el Sol salía no era el Sol de mi infancia, les juro que no brillaba, era una esfera negra flotando en un cielo gris.
Tras vivir un tiempo en ese infernal lugar, la verdad no sabría decir con exactitud cuanto tiempo he permanecido allí, cada minuto me parecía una eternidad, hasta empecé a creer que me quedaría atrapado para siempre, que me iba a morir sin que nadie nos pueda ayudar, hasta llegué a creer que nuestra religión iba a ser eliminada por completo. Estaba desesperado, lo único que veía alrededor era sufrimiento, dolor y crueldad, todavía no podía entender como un ser humano, podía provocar semejante daño a otro  por el simple hecho de ser diferentes.

Un día, a medianoche, a lo lejos tras unas rejas, pude ver como el portón de Auschwitz era derrumbado y que algunos soldados armados ingresaban, no sabía de qué país provenían, solamente que habían venido a salvarnos. Cuando se enfrentaron con los soldados nazis y los acabaron, vinieron a rescatarnos y uno de ellos me habló, me hizo una  pregunta tan simple, que en otro contexto la hubiera pasado por alto, pero en ese momento de angustia un interés hacia mi persona provocó la primer sonrisa en mi rostro en mucho tiempo: "¿Cómo te sentís?", exclamó,  pude reconocer su acento, venía de Norteamérica. En ese momento mis ojos no daban crédito a lo que estaba sucediendo, por fin el infierno se había acabado, podía volver con mi querida familia y seguir con una vida normal. 

Tras volver a mi ciudad natal una vez acabado el régimen nazi, procuré dedicar mi vida a ayudar a otros sin importar origen étnico, racial o religión y a crear conciencia de lo que sucedió,  para que nunca más vuelva a ocurrir una atrocidad de tal magnitud que afecte a la especie humana. Para lograr tal cometido decidí escribir un libro en el cual se describa y explique el régimen nazi y lo que posteriormente se llamó el Holocausto, es decir el intento de aniquilar totalmente a la población judía de Europa que finalmente, se resolvió con el asesinato de algo más de seis millones de judíos mediante gas venenoso, balas, hambre y trabajo extenuante.



Links:

Interno:

Externos:
http://www.corazones.org/lugares/polonia/auschwitz/auschwitz_concentracion.htm

Asesinato en el Senado de la Nación

Asesinato e impunidad en el Senado de la Nación.

Muchas veces, el trabajo que desempeñaba en la sala de taquígrafos del Senado, me resultaba tedioso. Pero hubo un hecho que  me conmocionó, el cual fue la muerte del senador santafecino Enzo Bordabehere, uno de los tantos miembros del Congreso con los que me solía cruzar en los pasillos e intercambiar algunas palabras. Su asesinato se produjo en ocasión del debate de las carnes, motivado por un proyecto presentado por mi fiel amigo , Lisandro de la Torre.
Todo comenzó en agosto de 1932, en Ottawa, Canadá, como consecuencia de la crisis mundial desatada a fines de octubre de 1929 .Tras el crack de Wall street, Inglaterra se reunió  con sus colonias y ex colonias de la Comunidad Británica de Naciones para reorganizar su comercio exterior. Allí se firmaron 12 acuerdos, por los cuales Gran Bretaña, sus colonias y dominios se comprometían a incrementar el comercio dentro del imperio, a establecer y aumentar las barreras arancelarias sobre los productos extranjeros y a fijar cuotas máximas para la introducción de esos productos.
 En lo que a nosotros concernía, el Reino Unido decidió adquirir los productos que antes compraba a la Argentina, en Canadá, Australia y Nueva Zelanda, lo cual implicaba en un principio, una reducción en las compras de unas 100mil toneladas de carne enfriada, lo que dio lugar al pánico en los sectores ganaderos exportadores argentinos.
El gobierno de Justo, representante de los sectores ganaderos exportadores, envió a Londres al vicepresidente Julio A. Roca (hijo) para tratar de llegar a un acuerdo. La misión estuvo integrada por Guillermo Leguizamón, abogado de los ferrocarriles ingleses, 5 diputados y 2 agregados militares. Se firmó un tratado con el ministro de comercio británico, Sir Walter Runciman. Lo primero que se acordó fue la toma por parte de la Argentina de un empréstito con la banca inglesa por 13millones de pesos, pero el dinero fue a parar directa y casi íntegramente a las empresas inglesas radicadas en la Argentina.
Por el pacto Roca-Runciman, firmado el 1º de mayo de 1993, Inglaterra sólo se comprometía a seguir comprando carnes argentinas en los mismos volúmenes que el año anterior, siempre y cuando su precio fuese menor al de los demás proveedores. En cambio la Argentina aceptó concesiones deshonrosas: liberó los impuestos que pesaban sobre 350 productos ingleses y entregó el 85% de las ventas de carnes al exterior a frigoríficos ingleses y norteamericanos, con lo cual solo el 15% restante quedaba para los frigoríficos argentinos.
La vigencia del tratado era por tres años, al término de los cuales fue renovado por la firma del tratado Eden-Malbrán.
El Poder Ejecutivo, como marca la ley cuando se trata de acuerdos con países extranjeros, envió el texto del pacto Roca-Runciman al Congreso para su ratificación.
En Septiembre de 1934, De la torre presentó un proyecto que motivaría el debate de las carnes, uno de los más notables de la historia del parlamento argentino, en cuya sala de taquígrafos, desempeño mi trabajo. Él propuso la creación de una comisión investigadora para analizar el comercio exterior de carnes, y establecer, si los precios que les pagaban los frigoríficos a los productores argentinos guardaban relación con los que obtenían en sus ventas en el exterior.

La comisión se encontró con todo tipo de trabas. Desde la negativa de las empresas británicas a abrir su contabilidad, hasta la orden impartida por el ministro Hacienda , Luis Duhau, a la Dirección General de Rentas de no brindarle la mas mínima colaboración a los investigadores. Asi, el jefe máximo del frigorífico Anglo, dijo que no tenían oficinas de costos ni llevaban planillas mensuales de costo.
De la Torre pidió y logró el arresto del empresario ingles, como forma de presión para que presentara la documentación solicitada. Estuvo preso varios días hasta que se comprometió a pedir a la casa central de Londres las planillas, desde la cual se contestó  que la documentación sería enviada rápidamente a Buenos Aires. Las autoridades locales lo liberaron pero las planillas nunca llegaron.
El Doctor Alfredo Palacios había recibido de tres trabajadores del mencionado frigorífico,  la información reservada de que los documentos contables se encontraban escondidos en un barco inglés anclado en el puerto, el Norman Star. Con la ayuda de la prefectura lograron ingresar a dicho buque y encontraron los libros contables en cajas de chilled y corned beaf, con el sello del Ministerio de Agricultura, cómplice evidente de la maniobra. La documentación oculta  en los 40 cajones de "carne enfriada" dejaba claramente comprobada la estafa al Estado Nacional por parte de la empresa inglesa y detallaba como gastos empresarios los montos de los sobornos a los funcionarios públicos, entre los que había importantes nombres del Poder Ejecutivo.
Finalmente, el 27 de Mayo de 1935 la comisión presidida por De la Torre presentó su informe, que contenía 48 conclusiones. Allí proponía renegociar el pacto Roca-Runciman sobre la base de la igualdad en las relaciones internacionales, que no excluyera de ninguna manera a los productores nacionales, a los que debía pagársele un precio justo por su ganado. Se decía claramente, que existía un total monopolio del comercio de las carnes por parte de los frigoríficos ingleses y estadounidenses, dejándose constancia de la resistencia de las empresas extranjeras a presentar su contabilidad.
 Con las pruebas en la mano, Lisandro de la Torre, iba a acusar directamente por fraude y evasión impositiva al frigorífico Anglo e iba a aportar pruebas contundentes que comprometían directamente en el negociado a dos ministros del presidente Agustín P Justo: Pinedo, de Hacienda  y Duhau, de Agricultura.
El debate en el Senado fue subiendo de tono, según me contaba De la Torre, y en la sesión del 23 de julio se desencadenó  la tragedia. Lisandro  seguía aportando pruebas contra los ministros Duhau y Pinedo, y llamó mentiroso al primero, a partir de entonces. Duhau empujó a De la Torre por la espalda y lo tiró al piso. En su huida apresurada tropezó con un escalón y cayó también él. Alguien disparó contra Lisandro, pero hirió de muerte a Bordabehere, quien al ver la maniobra se interpuso entre el agresor y mi amigo.
Según La Prensa , un diario muy conocido de mi época, el agresor hizo dos nuevos disparos, tomó la salida de la izquierda y corrió por el pasillo que conduce a la sala de taquígrafos, donde pudo ser detenido por el agente Cofone, quien junto al  subcomisario Florio le quitaron su revólver y lo llevaron al Departamento de Policía ,donde dos senadores pudieron reconocerlo como el autor del atentado. La policía pudo establecer que se llamaba Ramón Valdez Cora, ex comisario torturador de Vicente López, cuya ficha decía que era afiliado al Partido Demócrata y hombre de confianza del ministro de Agricultura.
Valdez Cora confesó ser el autor del asesinato, siendo condenado a veinte años de prisión, pero quedando en libertad en 1953 por "buena conducta".
La autopsia de Bordabehere determinó que había recibido tres balazos.
Del expediente judicial surge la evidencia de la voluntad del gobierno de dejar el crimen en la más absoluta impunidad. Quedó establecido, por ejemplo,  que el secretario privado de Duhau, de apellido Duggan, nos  había presionado a los taquígrafos del Senado, para que declaráramos  que Bordabehere estaba armado. Un empleado de réditos declaró  haber visto a Bordabehere en plena sesión con un revólver y el secretario de la Cámara de Diputados, afirmo que Bordabehere estaba armado, con lo cual se consolidaba la vieja tradición argentina de culpar a la víctima.
El propio ministro Duhau, declaró no conocer al asesino. La mentira fue cayendo por su propio peso y la investigación judicial probó que Valdez Cora era uno de los hombres de mayor confianza del ministro Duahau y que lo visitaba diariamente en su casa. Una policía de apellido Fontana declaró  que, el día del atentado, Valdez Cora y Duhau mantuvieron una breve reunión antes de que el ministro, marchara al senado.
En los días previos a mi declaración, me sentía conmovido por todo lo que había ocurrido pero a la vez, ansioso por colaborar con el esclarecimiento de los hechos .Durante el proceso, yo, Roberto M. del  Valle, declare: "Duggan me dijo que el señor ministro de Agricultura era una excelente persona, que había que ser magnánimo y convendría que el doctor Bordabehere apareciera esgrimiendo un arma en el momento del hecho."Además declaré que cuando oí esas palabras , lo miré fijamente y le hice a mi compañero Mallada un gesto de desagrado.
Casi un año después ,Lisandro expuso ante sus colegas, los resultados de la investigación judicial: la madre de Bordabehere no fue admitida como querellante; el principal testigo, el comisario que declaró instantes después del hecho, que había hecho entrar a Valdez Cora al recinto por una orden especial, no fue procesado ni por encubrimiento ni por falso testimonio; Duggan , tampoco ha  sido procesado ni por encubrimiento ni por falso testimonio; y, finalmente, el  ex  ministro de Agricultura, acusado también de falso testimonio por la declaración de cuatro, testigos tampoco ha sido procesado. Dos de los testigos declararon que lo habían visto saludar a Valdez Cora en antesalas   y los otros dos ,que lo habían visto a Valdez Cora en la puerta de su casa conversando con él y recibiendo instrucciones.
Finalmente, aunque todos sus allegados le pidiéramos lo contrario, mi amigo anunció el fin del debate de las carnes. El ataque a él, no había terminado. El gobierno fraudulento de Justo , decretó la intervención a la provincia de Santa Fe, del cual él era oriundo, derrocando al gobierno demócrata progresista de Luciano Molinas. Este partido fue creado por De La Torre en 1914 como una alternativa política.
Lisandro se mostró abatido y en 1937 presentó su renuncia al Senado, retirándose  de la vida política.
El 5 de enero de 1939, puso fin a su vida disparándose un balazo al corazón. Junto a su cadáver se encontró una carta dirigida a sus amigos y en especial a mí, en la cual ruega hacernos  cargo de la cremación de su cuerpo, que no haya acompañamiento público ni ningún tipo de ceremonia y, si nosotros no lo desaprobáramos, desearía que sus cenizas fueran arrojadas al viento.
Unos días después presenté mi renuncia ,ante el jefe de la sala, donde trabajo.


Bibligrafía:
 "Mitos de la historia argentina", autor Felipe Pigna.

Pd: no se como subir las fotos, asi que directamente no las pongo.

No Olvidar - Raffi Gechidjian

Síntesis:
El genocidio armenio fue el primer plan sistemático de exterminio humano del siglo XX y un modelo de ejecución racial para los jerarcas nazis. Sin embargo, dicha masacre sigue siendo ocultada en la historia oficial de Medio Oriente. 

El Genocidio Armenio es el primer ensayo del nazismo a mi entender, ya que muestra el permiso necesario que encontraron muchos gobiernos para ejercer su poder y eliminar a un pueblo que actuaba en oposición a sus intereses.
Perfectamente calculado, el plan implicaba que la masacre o el genocidio jamás fuera reconocida oficialmente ni mucho menos castigada: de ahí, que en la actualidad aún lo sigan negando algunos países, obviamente Turquía, pero no es el único. Actualmente, Turquía niega que las muertes armenias fueran el resultado de un plan organizado por el Estado para eliminar a la población Armenia bajo su soberanía, requisito clave para que sea considerado un delito de genocidio, y defiende una postura que se basa en que el Imperio Otomano luchó contra la sublevación en su territorio soberano de la milicia Armenia, respaldada ésta por el gobierno ruso.
Ahora, hagamos un poco de Historia: Mas de dos millones de personas vivían en Armenia Occidental bajo el dominio del Imperio Otomano antes de la Primera Guerra Mundial, mientras que Persia dominaba la región oriental de Armenia, que más tarde pasaría a formar parte de Rusia (U.R.S.S.). A pesar de las diferencias étnicas y religiosas (los armenios eran cristianos y los turcos eran musulmanes) y también de ser un pueblo conquistado que vivía dominado social, económica y culturalmente, durante mas de 600 años no hubo enfrentamientos armados o bélicos entre ambos.
Hasta que, hacia fines del siglo XIX, maso menos alrededor de 1890, ellos, impulsados por las ideas progresistas que llegaban de Europa, grupos de armenios comenzaron a dar muestra de querer modificar sus arduas condiciones de vida.
Pero, claro. Armenia continuaba siendo ese territorio clave, el cruce de caminos comerciales entre Occidente y Oriente, suficiente motivo por el cual el Imperio Otomano no estaba dispuesto a aceptar su desmembramiento. Y, ante las primeras rebeliones armenias, llegaron las primeras respuestas por parte del estado turco.
Dos masacres anunciaron lo que vendría: Los primeros pasos los dará el sultán Abdul Hamid (1876-1909). Entre 1884-1896 son masacrados aproximadamente 300.000 armenios, y en 1909 se sumaron 30 mil a la lista. Es derrocado el sultán Hamid y el poder pasa a manos de los Jóvenes Turcos.
Cuando estallo la Primera Guerra Mundial o también llamada Gran Guerra, en 1914, todo armenio varón y menor de 45 años que habitaba en lo que actualmente conforma el territorio turco fue obligado a enlistarse en las tropas otomanas, ahora controladas por un grupo de universitarios militarizados conocidos como los Jóvenes Turcos, para luchar junto a Alemania contra la amenaza zarista rusa. Pero hubo un gran problema. En el bando enemigo, los armenios de oriente, rusos, formaban parte del ejército del zar y debían ir, obligados, a apoyar al frente europeo. Pero el resultado no fue, por lo menos así quiero creer, el planeado, el esperado. Por un lado estuvo la negativa de los armenios que formaban parte de las tropas del Imperio Otomano, a iniciar acciones contra los armenios que habitaban territorio ruso, era iniciar acciones contra su propia sangre, aunque la subordinación territorial los haya puesto en dos bandos diferentes; y por el otro, las acciones de armenios que estaban con los rusos en territorio otomano hacia los turcos desataron la ira turca. Y la represalia por parte del estado otomano no se hizo esperar: los soldados armenios fueron culpados de traición por su sola nacionalidad, desarmados y enviados a realizar trabajos forzados.
Los Jóvenes Turcos habrían comenzado aquí su fase antiarmenia.
Fue así, que el 24 de abril de 1914 se formó una Organización Especial (OS) integrada por ex presidiarios y militares. Las órdenes fueron claras y simples: Limpiar de armenios todo el territorio turco. Se ordenó una deportación masiva hacia el desierto que, durante más de un año, se extendió en las zonas de influencia y en los campesinados alejados de cualquier territorio de conflicto. Cada armenio "regular" tenia dos días para abandonar su hogar, o seria aniquilado. Si intentaban escapar y los detenían, los fusilaban. Y, a los más "influyentes" (podríamos decirles los cabecillas), los más preparados e instruidos, se los fusilaba directamente. El resto, debía lanzarse obligado hacia una de las tantas caravanas por el desierto en que las que sucederían las matanzas indiscriminadas, los abusos contra mujeres y niños, el abandono de personas hasta su lenta y agónica muerte por hambre y sed. Muchos soldados turcos fueron exiliados también. La gran mayoría eran solo soldados que seguían órdenes, y muchos se apiadaban de las victimas y las dejaban escapar. "Miraban a otro lado". Muchos turcos hasta se rehusaron a hacerlo, y vieron el mismo destino que sus amigos armenios. Pero si, hubo más de 25 campos de concentración, en su mayoría abiertos, donde la muerte era segura. El desierto se cubrió de cadáveres sin tumba. El mismo desierto se habría vuelto su tumba. Una tumba que se sepulta sola, cubriéndose de arena hasta desaparecer. Hasta que ya casi, no quedó nadie.
Los que lograron escapar de la deportación se ocultaron gracias a la ayuda de funcionarios conocidos, amigos o misioneros, y se exiliaron donde pudieron: Rusia, Persia, Grecia, Líbano, Siria. Y de allí a cualquier parte del mundo.  De más de dos millones de armenios sobrevivieron menos de 100 mil, y ninguno de ellos en territorio otomano. Podríamos decir que casi se cumple el objetivo turco... Solo que nadie iba a quedarse con la boca cerrada. "Guerra entre pueblos", dijeron los turcos. "Fue en defensa propia". "Deportación por cuestiones estratégicas". El genocidio fue negado desde el primer día en que comenzó. Y a lo largo del siglo XX Turquía se encargó de cuidar y mantener su olvido. La intención era clara: borrar las huellas de la existencia Armenia, por todas las vías posibles. A la muerte tangente, real, se sumo entonces la muerte simbólica: aquí no ha ocurrido nada, no hay nada que transmitir. Arando cementerios, deportando a los niños en edad de recordar, imponiendo leyes totalitarias que restringen el acto mismo del habla, el Estado turco quiso llevar el negacionismo al extremo. No dejar rastros. Y así lo hizo.
Lejos ya, esparcidos por Europa, América y Asia, los sobrevivientes, que llevaron con ellos la memoria, callaron. Llevados a comenzar una nueva vida, con sus familias desintegradas, muertas, no tenían a quién contarle. El genocidio, hecho traumático en la historia Armenia, determinó la conformación de la gran diáspora, origen de las diversas comunidades armenias de Europa y de América. En mi caso, actualmente tengo familia además de Argentina claro, en Brasil, EE.UU., España, Francia, Grecia, Armenia y Rusia.
El reconocimiento del genocidio armenio tiene por dueña a la humanidad en su conjunto. Es la misma humanidad su beneficiaria. Pero tiene un enemigo: la barbarie, el salvajismo y la irracionalidad; encarnadas en aquellos Jóvenes Turcos que exterminaron, usurparon y blandieron su espada contra la razón misma. A pesar de todo, no es venganza lo que el pueblo armenio reclama. Pero si antepasados armenios sufrieron la fuerza irrefrenable de la brutalidad criminal, nuestra obligación es no olvidar. El Derecho -el universal, el consuetudinario y el positivo internacional-, sostiene al pueblo armenio. No se proponen caminos equívocos ni soluciones utópicas, solamente se exige la aplicación plena y efectiva del Derecho, y el reconocimiento por parte del actual estado turco, legítimo sucesor de aquel imperio otomano, del sultán Hamid, de los Jóvenes Turcos, de Kemal Ataturk.

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Trabajo Práctico Individual Historia del Siglo XX- Agustina González


Relato de una Viuda de Guerra, Kate:



En mi vida nunca pude pretender más de lo que tenía, nunca creí que podía  hallar más. Siempre pensé que tenía una vida perfecta, me pude considerar una persona que conoció la felicidad, el momento mas radiante de mi existencia, fue cuando me casé con el amor de mi vida, llamado John, el padre de mis tres hijos,  el orgullo que poseo en esta vida Mary, Mark y Elizabeth.
Vivíamos en Londres, una ciudad esplendorosa, llena de glamour, pero éramos una familia humilde, mi esposo trabajaba en una fábrica, mientras que yo me encargaba de que mis hijos tengan una buena educación y de los labores de la casa.
El 1º de Septiembre de 1939, estaba toda la familia reunida en el living escuchando la radio como todos los días, hasta que hubo una interrupción. Era el anuncio de que si Alemania en dos días no desalojaba Polonia, nuestro país se encontraría en guerra. Me acuerdo exactamente lo que sentí en ese momento, como si hubiera sido ayer, toda mi vida paso como un relámpago frente mis ojos: mi esposo, mis hijos, nuestra casa, la felicidad que habíamos construido juntos, mi infancia, mis padres, todos los recuerdos felices que creía tener, se empezaban a desvanecer.
Mi marido y yo intercambiamos miradas de desesperación, pero no queríamos que nuestros tres hijos pequeños lo notaran, por eso los acostamos, les contamos un cuento hasta que cayeran profundamente dormidos.
Lo único que intentaba John era tranquilizarme, era su única preocupación. Recuerdo que intentaba parecer sereno, aunque lo conozco tan bien como a la palma de mi mano, para decir que a pesar de que su voz sonaba tan calma, su mirada demostraba todo lo contrario, un nerviosismo y preocupación alarmantes.
John fue de esas personas que siempre quisieron  hacer grandes cosas en la vida, ser importantes y contribuir de cierto modo a la sociedad, a la patria. Por eso en esta situación encontró su oportunidad y en el transcurso de esas semanas, se dirigió a alistarse en el ejército británico sin habérmelo consultado previamente.
A veces me pregunto, ¿Por qué uno recuerda lo que desea olvidar?, hasta  a veces con mas fuerza que otros recuerdos, estos estuvieron latentes cada día de mi vida, en mi memoria, en mi alma, hasta el día de hoy.
Casi ni tuve tiempo de despedirme como hubiera querido, intenté no quebrarme, no podía permitir que mis hijos me vieran con ese ánimo, en cambio ellos parecían tan alegres, veían a su padre como un héroe, con su uniforme, su gorra, su escudo… Las ultimas palabras que dijo fueron una promesa "que el volvería", hasta el día de hoy sigo esperando que su promesa se cumpla.
En ese momento cuando se alejaba el camión me di cuenta como mi felicidad se iba con el también.
Era muy difícil establecer contacto entre los soldados y su familia, por lo que fui sabiendo en mayo  de 1940, mi esposo fue a la operación Weserübung, el asalto alemán a Dinamarca y Noruega, un ejército desembarcó para luchar en contra de los alemanes en Narvik, la que tuvo éxito, pero luego tuvieron que ser evacuados ya que Alemania había invadido tanto Francia como los Países Bajos, y las prioridades habían cambiado.
Hasta ese momento mi esposo seguía con vida y luchando, pero algo inesperado había cambiado nuestros planes.
Mientras tanto mis hijos y yo nos refugiamos en nuestra casa hasta que el 7 de septiembre de ese mismo año se empezaron a escuchar estruendos, gritos, zumbidos, era todo un caos, pero no sabía que hacer, como reaccionar. No me animaba a salir a ver que es lo que estaba sucediendo, tenía miedo con lo que me podía llegar a encontrar. Cómo si alguien hubiera estado escuchando mis temores, en ese preciso momento un soldado británico entró en mi casa, y me condujo a mí y a mis hijos  a un refugio antiaéreo, en el metro de Londres.
No se cuánto tiempo en total estuvimos allí, pero lo que si se, es que cada noche antes de dormir contaba que día era de bombardeo, hasta que llegue al día número 57 consecutivo. Mis hijos me preguntaban qué es lo que estaba sucediendo, no quería que a tan corta edad, sepan de las miserias que tenía el ser humano ,de lo cruel y ambicioso que podía llegar a ser, por eso se me ocurrió inventar un mundo paralelo imaginario, donde nada de eso estaba ocurriendo, solo estábamos en  una aventura de cuentos
Mis esperanzas iban disminuyendo a medida que pasaban los días, pero el 16 de mayo 1941 después de tanto tiempo, iba a escuchar la primera buena noticia que tanto ansiaba, Hitler había retirado las fuerzas aéreas hacia el este, ante la inminente invasión de la Unión Soviética. Para completar el día también habían anunciado que el Big Ben se había mantenido en pie, intacto como si hubiera sido un milagro, este acontecimiento lo tomé como una señal de buen augurio, muchos se preguntarán por qué, ese fue lugar donde John me había propuesto casamiento, uno de mis lugares preferidos en el mundo, ya que siempre tuve admiración por esas enormes obras de arte, como yo las llamo. Ningún momento pudo haber sido tan perfecto como ese.
Hubo lapsos de tiempo donde no sabia noticias sobre el, esto me preocupaba hasta que me escribió una carta contándome que su batalla se libraba en alta mar, las palabras con las que describía la situación querían sonar despreocupadas, como sino hubiera motivos de por qué alarmarme, pero ese cuento a pesar de desear que fuera cierto con toda mi alma, en el fondo siempre supe que no era así, además contaba   que se encontraba en El HMS Exeter (68), un crucero pesado de la Real Marina Británica, su rumbo era el Mar de Java en Indonesia.
Todos los días, pasaban en la radio las flotas y las tropas que habían sido vencidas, para rendirles honor y comunicárselo a las personas que lo estaban escuchando, y así hacerles llegar la noticia a sus familiares y amigos. Cada día rezaba para que no nombren al crucero de John, pero el 1º de marzo de 1942, fue un día muy gris. El HMS Exeter (68) había sido hundido en la Segunda Batalla del Mar de Java, por los japoneses. Una parte de la tripulación había sobrevivido, pero no se podía saber con exactitud la cantidad. Lo que si se sabía es que habían sido capturados por destructores japoneses, pero no el lugar en el cual habían sido enviados.
Los años pasaron sin tener noticias sobre el, hacia 1945 Los Estados Unidos habían lanzado dos bombas atómicas a Japón, en Hiroshima y Nagasaki, con este hecho decisivo la guerra estaba llegando a su fin, y el 2 de septiembre de ese año Japón se rindió, y se dio por finalizada la guerra.
John no volvió a casa, y yo con tres hijos de 12, 10 y 7 años, tuve que salir a buscar trabajo, algo que  nunca había hecho en  mi vida. En el camino de la búsqueda hallé otras mujeres en mi misma situación, viudas y con hijos debiendo salir a la calle para poder llevar a sus casas el pan de cada día. Londres empezó a reconstruirse, nuestra vivienda se pudo volver a llamar un hogar.
Un día inesperado, a las cuatro de la tarde golpean la puerta de la casa, un señor llamado Oliver Gordon, se encontraba de pie frente a ella, lo invité a pasar y me contó el motivo de su visita; era el capitán del crucero HMS Exeter, donde mi marido había prestado servicio, me contó que luego de que fueron  capturados los  enviaron a campos de concentración en las Islas Célebes y que luego de 42 meses fueron liberados en 1945.

El último deseo de John antes de morir por una enfermedad, ya que las condiciones en las que se encontraban eran insalubres, fue que alguien nos entregara una nota donde decía "Si vos Kate, y mis tres hijos hermosos Elizabeth, Mary y Mark, están leyendo esto, probablemente este muerto, pero quiero decirles que no he dejado de pensar un momento en ustedes, que fueron la fuerza que me impulsó a estar de pie cada día, y que no estaré vivo en cuerpo, pero siempre estaré en sus corazones. Los amo, nunca me olviden, John"

Síntesis:
Esta es la historia de una mujer llamada Kate, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Trata sobre como la debe enfrentar desde el lugar de una madre con tres hijos pequeños, y de una esposa que ve como su marido va a luchar en la guerra, de cómo tiene que parecer fuerte para la tranquilidad de sus hijos, de cómo en el famoso bombardeo de los alemanes a la ciudad de Londres (Blitz, 1940-1941)  les hace creer que nada de eso estaba ocurriendo, mientras pasaba sus días en un refugio antiaéreo en el metro de Londres.
La angustia de casi no tener noticias de su esposo, la iba consumiendo, pero ella, como una mujer luchadora, pudo salir adelante.

Hecho por Agustina González

BIBLIOGRAFIA



Integradora Lara Schemucler

La historia de Rosa
Por Lara Schemucler
Síntesis: en una época de persecución constante a los judíos, una joven de 17 años debe escapar de los pogroms, un grupo que causaba terribles masacres en Rusia. A pesar de tratados que reconocían derechos de minorías, los judíos seguían siendo terriblemente discriminados y es por esto que muchos jóvenes debían escapar a lugares lejanos, en busca de libertad, dejando a su familia y sus costumbres atrás. Enfrentándose a un nuevo mundo, luego de chocar con una dura realidad. Rosa era una de ellos.

   Rosa escapó de Dinevitz (al sur de Ucrania, cerca de las fronteras de Polonia, Hungría y Rumania) a los 17 años. Había nacido el 10 de julio de 1902, y su madre había conseguido que la llevaran hasta la frontera polaca en un carro de mercadería que un campesino ruso transportaba de un pueblo a otro. En ese carro iba a cruzar sin ser vista para, una vez arribada a Polonia, viajar a los Estados Unidos, donde ya estaban dos de sus hermanas mayores.
    Rosa no conocía el camino. Nunca antes llegó tan lejos de su hogar. Estaba acostada bajo un montón de paja amontonada y su cuerpo estaba dolorido. Los caballos apenas lograban andar a fuerza de latigazos que les pegaba el cochero. El terror que tenía al iniciar esa travesía se acrecentaba minuto a minuto. Cuando trataba de espiar cuidadosamente, solo veía el cielo nublado y tormentoso. Hace horas que andaba en la oscuridad de la noche, desde que abandonó la casa familiar. Debía huir ya que no podía permanecer en la casa ni un día más: la historia repetida acechando otra vez a los hogares judíos y las mujeres corrían aún más riesgo.
   Después de la 1era Gran Guerra, por el tratado de paz de Versalles, surgieron de la antigua Rusia nuevas repúblicas: Polonia, Letonia, Lituania, Estonia, Checoeslovaquia y Austria alemana. En todos ellos vivían miles y miles de judíos. Pero aunque cada una de ellas había prometido reconocer los derechos de las minorías (los judíos eran una de ellas) en la práctica eran siempre discriminados, no se les permitía practicar libremente su religión ni sus tradiciones. Aún cuando Ucrania declaró su autonomía, continuaron habiendo "pogroms" y persecuciones de todo tipo. Pocos meses antes del nacimiento de Rosa había habido un terrible pogrom en Kishenier con la muerte de 2.700 judíos masacrados, mutilados, desgarrados o aún enterrados vivos.

Tienda de propiedad judía destruida durante la Kristallnacht (la "noche de los cristales rotos").  Berlín, Alemania, noviembre de 1938.











    Tienda de una propiedad judía destruida.

    Su familia decidió evitar al máximo las salidas, las reuniones familiares, la exposición de grupos de amigos en las calles o negocios. Su comercio decayó. Pero siempre pudieron con la pobreza. El horror era otra cosa. Por eso esa  noche, en la oscuridad de la calle silenciosa, su madre le entregó al campesino sus últimas joyas, cubiertos y algún dinero para que la transportara en su carro a la frontera de Polonia. La abrazó fuerte y con un beso rápido la ayudó a subir. Llevaba en sus manos un pequeño atado de ropa, algunas prendas eran de sus hermanas mayores que ya estaban en Norteamérica. ¿Veré a mi familia alguna otra vez? Se preguntaba Rosa.
   El negocio de mercería permitió por un tiempo tener una buena situación económica. Su madre se ocupaba de las cosas de la casa: cocinaba, limpiaba, atendía a tantos hijos y muchas veces hasta ayudaba en el negocio. Después que su padre murió (demasiado joven), Moishe que era el mayor se hizo cargo del negocio.
    Muchos jóvenes habían partido hacia lugares cuyos nombres casi no se sabía pronunciar. Muchas familias se habían quebrado y las noticias demoraban en llegar. Los religiosos muy ortodoxos se apegaban a su lugar, se unían en los templos, y atraían a los jóvenes con su devoción a las antiguas escrituras, costumbre y fe en la llegada del mesías.      
    Me despierto cuando, se cuela la luz del día. Ignoro cuantas horas hace que estoy viajando y menos aún por donde estamos. El látigo sigue apurando el paso del caballo pues el tiempo ahora juega en contra nuestro. Debemos llegar a la frontera antes que amanezca y mis latidos se aceleran con fuerza. Busco ayuda entre mis recuerdos para que los minutos no se sientan como horas. En las fiestas mamá cocinaba para toda la familia: pescados, pavos, sopas de gallina, panes trenzados cuyo olor al regreso del templo nos llamaba desde la esquina. Después de la cena papá y Moishe se quedaban charlando sobre algún párrafo de la Torá y sus derivaciones filosóficas. Mientras tanto los horrores de afuera, casi sin darnos cuenta, se iban se iban acercando inexorablemente e iban a afectar nuestras vidas para siempre. Recordaba Rosa.
   No era sencillo vivir en Europa después de la Gran Guerra. Los aliados habían firmado la rendición de Alemania  pero los alemanes discrepaban con las condiciones expresadas en el "Tratado de paz", lo cual también era sustentado por Inglaterra y Estados Unidos. En la primera algunos generales de alta graduación proponían reanudar lazos de amistad con Alemania y no estaban de acuerdo en castigar a los criminales de guerra. También opinaban que había que tener buenas intenciones para con Rusia a pesar de que los "bolchevikis" iban penetrando en los países que habían recuperado su condición de repúblicas democráticas. En Rusia misma la revolución de 1917 no mejoró la situación de los judíos quienes ansiaban escapar de la represión y la humillación que les impedía continuar con la práctica de su religión y tradiciones.
    En algunas Universidades los estudiantes judíos debían asistir a las clases de pie, ya que no se les permitía sentarse. Había cupos para los estudiantes judíos y los que lograban graduarse con grandes esfuerzos, no tenían iguales oportunidades de ejercer sus profesiones.
   Ya llegué. No puedo creer que esté en Varsovia. Otro carro me esperaba con otras personas que también viajarían. Atravesamos caminos de tierra aparentando ser campesinos que regresaban de trabajar en los dominios de algún terrateniente. Dormíamos por la noche en el establo de un caserón o en el medio del campo. Luego tuve suerte y fui a parar a un departamento en la planta baja, de una modista que sabía de mi llegada. Me habló por primera vez en idisch desde mi partida de casa: escuchar mi lengua materna me sacudió de emoción. Acá trabajaré para ahorrar. Después de convivir con nueve hermanos, esta soledad es muy dura. En las noches, sobretodo, lloro hasta quedar dormida. Mientras, en el día, aprendo esta tarea de cortar y coser. Pensaba Rosa.
     Polonia era el país de mayor población judía en Europa, pero la actitud de sus sucesivos gobernantes siempre fue negativa con respecto a este pueblo. Sin embargo, frente a la necesidad de subsistir de cualquier forma, el judaísmo de Polonia permaneció como siempre, reforzando su vida comunitaria, manteniendo su idioma idisch y tratando en toda circunstancia de hacer respetar su espíritu de lucha. Por otro lado no había muchas otras alternativas en Europa: ni Rumania que era intensamente anti judía, ni Hungría que avanzaba en pogroms y persecuciones, Menos aún en Austria, tampoco Letonia, Estonia ni Lituania le dieron a los judíos la posibilidad de mantener su identidad en paz.
    Rosa se encontró en un momento donde los Estados unidos decidieron cortar el cuerpo de inmigrantes y los que tenían intenciones de ingresar a ese país, debían desviarse hacia otros. Así debió partir hacia la Argentina en un barco donde estableció amistad con otros jóvenes. Todos habían tenido noticias de un país llamado Argentina que proponía traer familias desde Europa hasta Buenos Aires, su capital.
En este barco conozco por primera vez en mi vida lo que es hacer amigos. Personas ajenas a mi familia y que por haber vivido parecidas experiencias a las mías, las siento afines, casi hermanas. Pensó.

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trabajo individual de historia del siglo XX - Janice Szuster

Señor juez, yo: Estanislao Jempolowsky , A.B.S. pido porfavor que me den la ciudadanía Argentina. Como dice la constitución "para nosotros, para nuestra posteridad, y para todos los hombres del mundo que quieran habitar en el suelo argentino" Mis razones? Mejor contaré mi historia...:
Ya hacia 1930, cuando yo tenía 5 años, mi padre había decidido dejar Żerniki (la pequeña ciudad de Polonia  donde vivíamos junto a mi mamá y el resto de la familia) para venir a la Argentina a trabajar. Las políticas inmigratorias en ese país nos "daban la bienvenida".
La situación económica que teníamos allá no era muy buena, a menudo pasábamos hambre, mis padres no tenían suficiente dinero, había mucho desempleo y tras haber finalizado la primer Guerra Mundial el ambiente en Europa Oriental era tenso.
Así fue que él vino solo y al cabo de tres años de arduo trabajo, le mandó una carta a mi madre diciendo que había comprado una casa en el barrio de Mataderos, que su empleo en una fábrica de desodorantes era estable y que quería que vayamos a vivir a Argentina.
Buena oferta, pero mi tío se negó. Éste tenía mucho dinero en Polonia, era un importante empresario. Y le dijo a mi mamá que me deje allá en Polonia con él, que no me iba a faltar nada, iba a ser bien educado y cuidado. Pero no, no quise, no quería criarme lejos de lo que más amaba en el mundo.
Vinimos en barco en 1933, me acuerdo muy bien de que venia lleno y no había suficiente lugar.
Meses después de haber llegado, empecé la escuela primaria. Tenía muchos amigos, me llamaban "el polaco" , pero me costaba un poco el idioma pese a que con el tiempo lo dominé perfectamente.
Recuerdo haber tenido una infancia muy feliz y le voy a estar eternamente agradecido a este país siempre por ello.
Mi madre trabajaba en el hogar y mi padre había abierto su propia zapatería para cuando terminé la escuela primaria.
Comencé a trabajar de vendedor ambulante, vendía cualquier producto que estuviera a la moda. La vida me la gané así, vendiendo en la calle.
La Segunda Guerra Mundial se había desatado en Europa y Polonia había sido invadida, dejando como resultado la muerte de mi tío junto al resto de mis familiares. Época de mucha confusión, de saber que si permanecíamos unos años más ahí moriríamos y de saber que había tomado la decisión correcta al decidir partir. Pero voy a estar siempre pensando en el "que huebiera pasado si..."
Mi vida como vendedor ambulante siguió, y cuando tenía aproximadamente 20 años en un baile de una institución judía conocí a Perla. Ella era rubia de ojos celestes, pelo corto y nariz recta. Ella era la mujer de mi vida.
Comencé a salir con Perla y tras haber pasado dos años me enteré de la muerte de mi padre debido a un cáncer de vejiga que no pudo ser tratado a tiempo.
 Mi madre que estaba desecha no se podía quedar sola y como buen hijo decidí dejar de trabajar y comenzar a hacer más cosas juntos.
Terminé con Perla, ya que no podía mantener una relación estrecha con mi mamá y mi novia a la vez.
La Segunda Guerra Mundial había terminado y mi madre estaba más tranquila y reconstruyendo su vida cuando el país me dio otra gran alegría:  el ascenso al gobierno del General Juan Domingo Perón.
Un hombre que el fue fiel a su patria y nos dio a los trabajadores un monton de beneficios, como nunca nadie lo había echo hasta el momento, recuerdo como si fuera ayer la felicidad que sentí cuando lo vi por primera vez. Y cómo olvidarme de Evita,  la vez que visité la  "Fundación María Eva Duarte de Perón"  y fui atendido ¡¡hasta personalmente por ella!! Me acuerdo que le pedí una máquina de coser para mi madre y al irme ella muy atenta me preguntó si tenía monedas para tomarme el colectivo. Nunca me voy a olvidar de sus buenos gestos. Ni de la tristeza que me produjo su muerte, pobre el general Perón que triste se quedó, recuerdo que llovia y toda la gente estaba en la calle velando el pobre cuerpito de la hermosa Evita. Quizás me considere peronista, pero es que me considero fiel a la patria. 
Qué recuerdos, qué país.
Por eso juez es que hoy con mucho orgullo quiero honrar a la bandera Argentina, quiero dejar de tener únicamente el pasaporte polaco y cambiarlo por uno de éste país que tanto he llegado a apreciar. Espero que todo salga bien.
La vida y la muerte, decisiones trascendentales, épocas de guerra, hambre y crisis, gobiernos populares y gobiernos autoritarios, períodos de inestabilidad económica y necesidad de sobrevivir, el amor y nuestros valores.
Fuentes internas:
http://es.wikipedia.org/wiki/Crack_del_29
http://es.wikipedia.org/wiki/Nazismo

Fuentes externas:
http://www.alipso.com/monografias/100_preguntas_argentina/

¿Terminará? - Pablo Harari Nahem


     Berlín, 12 de Febrero de 1940
Querido diario:
Te escribo porque me siento cada vez más solo. Estoy aquí en mi casa de Berlín sentado sobre la cama y todavía sin comprender qué es lo que esta pasando. Veo por la ventana que en casa de los vecinos Peltz hay varios disturbios, la están desalojando por completo. Ayer vi salir a los padres junto con sus dos hijos, se conducían hacia un auto grande de color negro. La curiosidad me invade día a día, y es por eso que decidí pedirle a madre que me diera alguna respuesta; pero es totalmente en vano, siempre me da la misma excusa "no lo sé hijo, no lo sé, ve a hacer la tarea". De todos modos, yo sé que algo pasa. Los judíos, no sé por qué razón, están obligados a llevar consigo un estrella amarilla en el hombro para identificarlos. Ahora no puedo pensar mas, debo hacer la tarea, te escribiré luego cuando tenga mas noticias.


Berlín, 9 de Abril de 1940

Hoy me desperté y encontré sobre la mesada de la cocina el periódico. Empecé a hojearlo y un título me llamó mucho la atención: "ALEMANIA INVADE DINAMARCA, LOS PAISES BAJOS, BELGICA, LUXEMBURGO Y FRANCIA". Recorté ese papel con el fin de que mi maestra pudiera explicarme lo que significaba. Así es como me enteré de que los judíos estaban obligados a llevar la estrella, a ceder sus pertenencias, a cambiar total y drásticamente su forma de vida. "Prohibición de los judíos de subir a un tranvía, de conducir un coche. Obligación para los judíos de hacer sus compras exclusivamente en los establecimientos marcados con el letrero de "negocio judío", y de quince a diecisiete horas solamente. Prohibición para los judíos de salir después de las ocho de la noche, ni siquiera a sus jardines, o aún de permanecer en casa de sus amigos. Prohibición para los judíos de ejercitarse en todo deporte público: prohibido el acceso a la piscina, a la cancha de tenis y de hockey o a otros lugares de entrenamiento. Prohibición para los judíos de frecuentar a los cristianos. Obligación para los judíos de ir a escuelas judías, y muchas otras restricciones semejantes."
Siento un miedo realmente muy grande, ¿por qué pasa esto? ¿Qué es lo que los hace tan diferentes de los demás?



                                                                                                                      Berlín, 10 de Junio de 1940

Perdón por no escribirte por tanto tiempo pero las cosas acá van de mal en peor. Me da miedo caminar por la calles del barrio, pasan aviones constantemente y se escuchan ruidos muy fuertes que me aterran de solo pensarlo. Hoy a la mañana logré escuchar la radio que decía: "Italia se une a Alemania en la segunda guerra mundial". Eso significaba que las cosas no iban a terminar pronto. Otra cosa que escuché fue que los judíos pierden todos los derechos como ciudadanos. En la escuela hay dos chicos que son judíos, les pregunté si sabia algo y me dijeron que los nazis comandados por Adolf Hitler están obligando a éstos a ir a un campo de concentración, que hasta ese momento no sabía el significado de la palabra. Es un hecho, a partir de la invasión de Hitler a Polonia se desencadeno este conflicto mundial, ésta serie de problemas que ya se viene gestando desde hace años, cuando parecía que todo mejoraba, estaba comenzando la Segunda Guerra Mundial. Ya todos mis sueños se convierten en pesadillas noche y noche, veré si puedo recostarme y descansar algunos minutos.
                                                                                               Berlín, 3 de Octubre de 1940
Queridísimo Diario:
Padre me contó que se formaron dos bandos de países que están enfrentados. Por un lado el Eje: Alemania, Italia y Japón y por el otro los aliados: Inglaterra, EEUU, y la URSS[1]. Hacia estos años, el eje domina militarmente casi toda la Europa continental. Ya todo es diferente, las personas no caminan en la calle como hasta hace pocos años atrás. No existe la tranquilidad; lo único que se ve por la ventana es miedo, pobreza, angustia. Hay unos hombres grandes caminando por el barrio con armas enormes. Me causa mucha angustia pensar en todo esto, ¿qué será de mi familia? Escuché que mis padres hablaban hoy acerca de que  el gobierno de Vichy en Francia comenzó a colaborar con los nazis. También escuché que Hitler invade la unión soviética en una operación llamada Barbarossa[2]. Quiero escaparme, salir de esta Alemania Nazi, irme hacia otro país, cualquiera puede ser mejor que éste en estos momentos. Pero ya era demasiado tarde.
                                                                                   
 Berlín, 21 de Noviembre de 1940

Hoy no tengo que anunciarte más que noticias deprimentes. Estaba caminando rumbo a mi escuela cuando una imagen llamó extremadamente mi atención. Vi cómo llenaban un camión con niños de un pequeño hogar judío. Estos niños tenían entre dos y diez años. La forma en la que los alemanes los trataban me pone los cabellos de punta. Era realmente horroroso ver cómo se burlaban de ellos, al tiempo que los recogían de una manera sumamente bruta y los arrojaban al camión. Esto me hace creer que estas personas son capaces de cualquier cosa. Hubo dos mujeres que atacaron a los hombres tratando de detenerlos, quienes terminaron siendo arrojadas al camión de la misma manera.

                                                                                      Berlín, 9 de Enero de 1944
Para mi apreciado Diario:
El terror reina en la ciudad. Noche y día, como si fuese algo ya común y cotidiano en esta ciudad, transportes enormes se ven llenos de gente, provista de tan sólo una bolsa al hombro y algo de dinero. Me han dicho que estos bienes que llevan consigo les son quitados durante el trayecto, y que también los niños son separados de sus padres, ¿cómo es posible tanta crueldad? Las mujeres, al volver del mercado, hallan sus puertas cerradas, sus casas desalojadas y notan que sus familias han desaparecido. Todo el mundo tiene miedo.
Centenares de aviones vuelan sobre Alemania para bombardear y dejan en ruinas las ciudades alemanas; y a cada hora, centenares de hombres caen en Rusia y en África del Norte. El globo entero se halla en guerra, y aunque los aliados ganen la guerra, todavía no se ve el final.
Podría seguir durante horas hablando de la miseria acarreada por la guerra, pero eso me desalienta de más en más. Nada volverá a ser igual que antes, no volveré a caminar por las calles de Berlín con Padre, no volveré a jugar en la plaza con mis amigos, ni siquiera e encontrarme con ellos. No me queda más que aguantar y esperar el fin de estas desgracias. ¿Terminará?                                                                  
                                                                                                                                                                                          


[1]http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/mundo/segunda_guerra_mundial.php                                      
Eric Hobsbawm "Historia del siglo XX", p. 148.                                                                                                      
http://elmundoenelsigloveinte.blogspot.com/2011/06/cronologia-fascismo-nazismo-franquismo.html