Consigna 1º Integrador

Para este número de "Relatos del siglo XX" le pedimos elabore un artículo de 6.000 caracteres con al menos tres links internos al blog de la materia y tres links externos a páginas que usted sugiera en el cual construya un relato de algún personaje (obrero/a, estudiante, empresario, político) en un hecho histórico de la primera mitad del siglo XX.
Se evaluará la originalidad del relato en su capacidad de situarlo en su contexto histórico y las relaciones que establezca de los hechos con su vida. Deberá sumar alguna imagen y destacar un párrafo síntesis que destaque el contenido del mismo. No podrá tomar un tema que haya elaborado en su trabajo práctico.
El plazo de presentación es el miércoles 29 de junio a las 12 hs. El mismo se posteara con el mail clave que oportunamente le fue dado.
A su vez, se le pedirá que evalúe un artículo en forma anónima con seudónimo, señalando fortalezas, debilidades y sugerencias de cambios al artículo. Este comentario deberá ser realizado antes del viernes 1 de julio.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Peronismo, Liberación Nacional y la clase trabajadora


Peronismo, Liberación Nacional y la clase trabajadora
Ruptura con el Modelo de Dependencia
(Como lo han visto distintas corrientes historiográficas)

El Peronismo es un proceso histórico extraordinariamente rico, por lo que significó en términos de cambios sociales, políticos y económicos, que se verificaron tanto en el desarrollo industrial como en la consagración de derechos sociales y civiles. En el plano político, redefinió el rol estado; respecto de la política exterior a partir de la firme voluntad de autodeterminación frente a las potencias imperialistas, fundamentalmente Inglaterra y Estados Unidos de Norteamérica, una tradicionalmente dominante y la otra, con pretensiones de serlo, cuando al finalizar la segunda guerra mundial, se erige en potencia hegemónica indiscutida; respecto de las políticas internas, por su capacidad para intervenir en el desarrollo económico y en la regulación de la conflictividad social.
Desde distintas ópticas se ha analizado al Peronismo. Más allá de las lógicas diferencias resultantes de cualquier interpretación atravesada por disputas entre distintas concepciones ideológicas o intereses de clases, son significativas las contradicciones en que muchas veces incurren frente a la imposibilidad de comprender al Peronismo en su cabal dimensión histórica, política y social. Sin desmerecer el esfuerzo que significa analizar un fenómeno social tan complejo, muchas veces esos análisis, han sido esquemáticos o abstractos en rigor de la ideología o de la disciplina científica, con desapego de la historia, de los actores sociales, de las luchas de clases.
Por ejemplo, para Milcíades Peña el 17 de octubre de 1945 fue un veredicto para que la Argentina continúe en la órbita británica. En su ensayo Masas, Caudillos y Elites, dirá:
“Días después del 17 de octubre el vocero oficial del Partido comunista decía de los obreros peronistas que eran “manifestantes de la esclavitud”, “conglomerado aullante”, “turbas borrachas”, “maleantes y desclasados”, y afirmaba: “Jamás los auténticos obreros argentinos hubiesen dado ese espectáculo” (Orientación, octubre 24, 1945). También la burguesía, pero se equivocaban. Fue verdaderamente la clase obrera la que estuvo en las calles el 17 de octubre de 1945. Pero el 17 de octubre no fue una epopeya obrera como dice la mitología peronista. Las masas fueron sacadas a las calles por la fuerza del orden, no contra su voluntad, por cierto, porque querían a Perón. Pero una movilización de obreros respaldada por la policía para apoyar a un candidato burgués, no es una movilización de clase ni por sus métodos ni por sus objetivos” (1).
Distintas palabras, la misma concepción elitista, paternalista, despreciativas de la clase obrera real, que en ambos casos se pretende representar. Y más adelante aduciendo a palabras del embajador inglés con respecto a la jornada del 17 de octubre…
“…tal como había esperado, la multitud nos dio paso no bien vio la bandera inglesa, contentándose con gritar en forma amistosa: ¡Viva Perón! ¡Abajo Braden! Esta anécdota contiene todo el sentido nacionalista de la jornada,  en que el proletariado fue movilizado para aplastar un golpe de estado pronorteamericano y en defensa del gobierno que preservaba el ordenamiento tradicional de la Argentina, semi-colonia de Inglaterra”(2).
Que abstracción de la historia! Milcíades Peña observa las consecuencias de la guerra que acababa de finalizar, la debilidad de Inglaterra devastada por esa guerra librada en su territorio, y la irrupción de los Estados Unidos como potencia hegemónica, victoriosa absoluta. Observa que ahora Estados Unidos competía con Inglaterra por el dominio de América del Sur. Sin embargo, no es capaz de observar la ruptura del gobierno de Perón, con respecto a la política de sometimiento al imperio británico, que los gobiernos de 1930 en adelante no solo no cuestionaron, sino que profundizaron.
Omite la política de defensa soberana de nuestros puertos, o de recuperación de áreas estratégicas que pasarán a la órbita del Estado, como por ejemplo el reemplazo de la Cía. Primitiva de Gas por Gas del Estado, de la Unión telefónica por ENTEL, de las usinas provinciales de la American Foreing Power por Agua y Energía, y de toda una política tendiente a revertir los lazos de dependencia que tradicionalmente ataban a nuestro país con el Imperio Británico, como la recuperación de resortes de la economía que estaban en manos del capital inglés y pasaron a la órbita del Estado: La nacionalización del Banco Central, obteniendo el control de cambios, de las tasas de interés y de la circulación de moneda; de los depósitos de la banca privada, otorgándole al Banco Central la facultad de orientar el crédito; la creación del Instituto Argentino de promoción del Intercambio (IAPI) para monopolizar a través del Estado el comercio exterior, antes en manos de capital extranjero; la nacionalización de los Ferrocarriles y de empresas de transporte automotor para permitir la regulación de las comunicaciones terrestres; el impulso de la flota mercante, recuperando independencia en el manejo de las exportaciones, quebrando el monopolio de la Blue Star Line inglesa; la creación de un Régimen Estatal de Reaseguros (INDER) con el propósito de revertir la subordinación al Lloyds de Londres. Todas estas decisiones se enmarcan en una política de Liberación Nacional ignorada por Milcíades Peña. (4).
Desde otra perspectiva, el sociólogo Gino Germani, ligado la corriente de la Historia Social, colaborador de Luis Romero, ha incursionado en el análisis del peronismo. Sin embargo, sin negar la calidad o seriedad de los métodos de la ciencia social aplicados a la comprensión de la historia, al mirar la realidad argentina desde una visión euro céntrica, también cae en abstracciones cuando intenta comprenderla. Compara el nazi fascismo europeo con el peronismo:
“En el primero las masas populares embanderadas en los movimientos de izquierda, intentaron producir un desenlace revolucionario de tipo socialista o comunista. Debe recordarse que las clases medias de esos países resistían la proletarización que destruía su limitada superioridad económica. En este caso el totalitarismo asume un carácter francamente antiobrero…
En la Argentina se verificó un alineamiento opuesto de los sectores de las masas. Las populares constituyeron la base humana del totalitarismo, mientras las clases medias se colocaron en la oposición. Las causas deben buscarse en la historia del país, resumiendo, en el proceso rápido de industrialización y urbanización masiva. La clase popular masificada era de reciente formación, carente de experiencia sindical y no había sido politizada por los partidos obreros. Por otro lado no había un problema específico de proletarización de las clases medias, sino que eran producto de un reciente ascenso social.
Según versión generalmente aceptada el apoyo de las clases populares se debió a la demagogia por la cual el dictador dio a los trabajadores unas pocas ventajas materiales a cambio de la libertad. El dictador hizo demagogia es verdad, mas la parte efectiva no fueron las ventajas materiales, sino el haberle dado al pueblo la experiencia (ficticia o real) de que había logrado ciertos derechos y que los estaba ejerciendo”.(5)
Estos conceptos de Germani, tienen en común con el análisis de Milcíades Peña, el desprecio, la subestimación por los sectores populares. Coinciden en señalar que los trabajadores peronistas eran masas de inmigrantes del interior, ignorantes, sin experiencia, fácilmente manejables.
Pero mientras en Milcíades, aparece planteado el problema de la estructura económica y el factor de la dependencia, aunque parcializado o amputado por su esquematismo ideológico, en Germani no aparece ni planteado. No están presentes el carácter imperialista del nazi fascismo, ni el carácter defensivo o protectivo de las políticas del Peronismo ante las pretensiones imperiales. Si en la Alemania de Hitler o la Italia de Mussolini se trató de quebrar las luchas en ascenso de la clase trabajadora, ya por sus reivindicaciones, ya por acceder a espacios de poder, en la Argentina de Perón, se trató de incorporar a las masas de trabajadores a una realidad social que incluyera sus derechos y su dignidad, sistemáticamente negados por el modelo agro exportador imperante hasta ese momento. Claro que no era cambiar la libertad por un plato de lentejas como bien acierta Germani! Era el plato de lentejas, más todo aquello que les permitió a los trabajadores acceder a una vida mejor para poder disfrutar de la libertad. De una libertad concreta y material; libertad de gozar de vacaciones, libertad de acogerse a una jubilación digna, libertad de tener garantizado el acceso a los servicios de salud, para él y su familia, libertad de tener posibilidades de recreación, de poder mandar a sus hijos a la escuela. Pero Germani hace casi una interpretación sicológica, donde la clase trabajadora aparece fascinada, por el carisma de un demagogo, cuya única intención es explotarlos y someterlos, sin especificar en función de que intereses. ¿Será porque es difícil explicar por cual paradoja del destino, las clases dominantes, a las que favorecería el “tirano” lo odian tan profundamente? Y por el contrario, aquellas clases sometidas, privadas de su “libertad”, enajenadas, lo apoyan tan fervorosamente!
Juan Carlos Torre, aún desde una visión crítica reconoce el significado histórico del Peronismo y el del rol que los trabajadores jugaron en él, como lo revela en su estudio sobre la historia del PeronismoIntroducción a los años Peronistas.
Dice Torre: “La mayor implantación de los sindicatos promovió la extensión de la cobertura de las negociaciones colectivas sobre el mercado del trabajo. Los nuevos convenios comportaron una verdadera redistribución del poder dentro de las empresas, que recortaba la autoridad patronal. El aguinaldo anual, la generalización de vacaciones pagas, la inclusión de los asalariados de la industria y el comercio al régimen de jubilaciones, las indemnizaciones por despido y accidentes de trabajo, fueron garantizados por ley. Las medidas de fuerza no se dirigían contra el gobierno, sino contra los empresarios que resistían los cambios. El gobierno ensanchó los cambios en el nivel de vida de los trabajadores mediante políticas de un incipiente estado benefactor: Congelamiento de alquileres, fijación de salarios mínimos, establecimientos de precios máximos a los artículos de consumo popular, créditos y planes para viviendas,  mejoras en los sistemas de salud pública, programas de turismo social, construcción de escuelas y colegios, organización del sistema de seguridad social. Desde le vértice del gobierno se otorgó una dignidad hasta entonces desconocida a los valores y prácticas del mundo del trabajo”. (6)
El investigador Daniel James en su ensayo Resistencia e Integración, El Peronismo y la clase trabajadora argentina 1946-1976 también sostiene posiciones más realistas. James afirma: “La relación entre los trabajadores y sus organizaciones y el movimiento y el Estado peronistas resulta indudablemente vital para la comprensión del período 1943-1955.La intimidad de esa relación ha sido tomada en general, por cierto, como definitoria del carácter excepcional del peronismo en el espectro de la experiencias populistas latinoamericanas. ¿Cómo debemos interpretar la base de esa relación y, además, el significado de la experiencia peronista para los trabajadores peronistas? Las respuestas a estas preguntas han rechazado cada vez más las anteriores explicaciones, que entendían el apoyo de los obreros a Perón en función de una división entre una vieja y una nueva clase trabajadora. Sociólogos como Gino Germani, izquierdistas que competían por la simpatía de la clase trabajadora, e incluso algunos peronistas,  explicaron la adhesión popular al peronismo en términos de obreros migrantes sin experiencia que, incapaces de afirmar en su nuevo ámbito urbano una propia identidad social y política e insensibles a las instituciones y la ideología de la clase trabajadora tradicional, se encontraron disponibles para ser utilizados por sectores disidentes de la elite. Estudios revisionistas más recientes, no han presentado la imagen de una masa pasiva manipulada, sino la de actores, dotados de conciencia de clase, que procuraban encontrar un camino realista para satisfacer sus necesidades materiales. No hay duda de que el peronismo, desde el punto de vista de los trabajadores, fue en un sentido fundamental una respuesta a las dificultades económicas y la explotación de clase. El atractivo político del peronismo reside en su capacidad para redefinir la noción de ciudadanía dentro de un contexto más amplio, esencialmente social. La cuestión de la ciudadanía en sí misma, y la del acceso a la plenitud de los derechos políticos, fue un aspecto poderoso del discurso peronista, donde formó parte de de un lenguaje de protesta, de gran resonancia popular, frente a la exclusión política. La visión peronista de una sociedad basada en la justicia social y en la integración social y política de los trabajadores a esa sociedad, no estaba sujeta al previo cumplimiento de premisas  -como lo estaba por ejemplo el discurso político izquierdista- tales como transformaciones estructurales abstractas de largo plazo, ni lo estaba  a la gradual adquisición en alguna fecha futura de una conciencia apropiada por parte de la clase obrera. La doctrina peronista tomaba la conciencia, los hábitos, los estilos de vida y los valores de la clase trabajadora tales como los encontraba y afirmaba su suficiencia y validez”.(7)
James parte del reconocimiento de la clase trabajadora real, en sus condiciones histórico concretas, y valoriza su apropiación del peronismo como instrumento de reafirmación de la conciencia de la clase trabajadora y de lucha por sus condiciones materiales de existencia.
En definitiva, estas diferencias muestran a autores que al pasar por el tamiz de su esquematismo u ortodoxia ideológica, la experiencia del Peronismo, han despreciado o desvalorizado ese proceso histórico ya sea por no comprender el carácter de la dependencia, ya sea por no comprender las luchas de clases, tal como son, en la realidad, no en la abstracción de su imaginario, o peor aún, han tratado de ocultar detrás de sus investigaciones los verdaderos intereses que defienden.
Desde un punto de vista de estabilidad nacional y popular, cabe consignar, que más allá de las contradicciones propias de un frente de alianza de clases, el Peronismo expresa un momento de ruptura respecto del régimen conservador oligárquico, de carácter agro exportador, que conformaba una economía complementaria, pero subordinada a los intereses del Imperio Británico.
El Estado oligárquico fue quebrado definitivamente en el año 1945 cuando Perón accede a la presidencia de la Nación.

Bibliografía:

1)       Milcíades Peña;Masas, caudillos y elites/La dependencia Argentina de Yrigoyen a Perón/Capítulo III/El gobierno bonapartista de los estancieros y el imperialismo inglés-Junio 1943-1946/Pags. 60 y 61/El Lorraine/Buenos Aires, 198

2)       Norberto Galasso/Cuadernos para la otra historia/Cuaderno Nº 23/Peronismo y Liberación Nacional 1945-1955/Pag. 8/ Centro Cultural Enrique Santos Discépolo/ Buenos Aires, 2003.

3)       Beatriz Sarlo /Biblioteca del Pensamiento Argentino/Tomo VII/ /La batalla de las ideas (1943-1973)/ Cap.I/¿Qué hacer con las masas?/Documento 6/Gino Germani /El contenido y la forma/La integración de las masas a la vida política y el totalitarismo /Pgs. 47; 49 y 50/(Fuente: párrafos extraídos de Política y Sociedad en una época de transición. De la Sociedad tradicional a la sociedad de masas/Paidos/Buenos Aires/1962/pp. 239-252/Editorial Emecé/ Buenos Aires, 2007.

4)       Juan Carlos Torre/Nueva Historia Argentina/Tomo VIII/Los años Peronistas 1943-1955/Cap. I/Introducción a los años peronistas/Pags. 48 y 49/Editorial Sudamericana/ Buenos Aires.

5)       Daniel James/Colección Historia y Cultura/Resistencia e integración/El Peronismo y la clase trabajadora argentina 1946-1976/ Primera parte/Los antecedentes/El Peronismo y la clase trabajadora 1943-1955/Pags. 26; 27 y 37Editorial Sudamericana/Buenos Aires, 1990.

6)       Norberto Galasso/Cuadernos para la otra historia/Cuaderno Nº 7/Rivadavia, las provincias y la burguesía comercial porteña/Pag. 16/Centro Cultural Enrique Santos Discépolo/ Buenos Aires, 2000.

Estrellas Curiosas



Estrellas curiosas
 
Tenían los pies duros por el frío, pero los calentaban poco a poco rozándoselos entre ellos y el rocío. Sus pelos se fundían entre los céspedes y parecía que volvían a ser largos como alguna vez lo fueron. Alrededor: nada. Un infinito páramo al que habían huido quien sabe por cuánto tiempo  y alguien sabrá por qué. Miraban para arriba, sin saber que desde arriba los observaban las estrellas, sigilosas como siempre. Las estrellas estaban curiosas, pero ellos no lo sabían, sólo sabían que estaban gigantes como nunca las habían visto antes. No solo curiosas, sino que los vigilaban, los miraban, y esperaban el momento justo para emboscarlos.
 
-Parece como si alguien del otro lado estuviera sentado sobre ellas y las empujara poco a poco-dijo ella. Pero las estrellas sólo estaban curiosas.
-Ojalá pudiéramos saber que pasa realmente del otro lado y así seguir con nuestra lucha-dijo él.
De pronto metió la mano en bolsillo, todo estaba oscuro. Tocó la mano de ella suave y fría y le dio eso que había sacado y le dijo:
-Te la doy ahora porque capaz mañana ya no esté y si estoy, y te la doy mañana no te va  a gustar: la guardé en el bolsillo y está fea seguramente, pero olela y va a ser la más linda de todas. 
 
Dicen que dos días después volvieron a aparecer.
 
 -¿Juan, cómo estás? ¿Qué tal su hija? ¿Está acá? ¿Puedo pasar?
-Sí, pasa querido, está en su pieza. 
Subió los escalones uno por uno, pero como de una sola vez. Tocó la puerta, nadie contestó, la abrió. “Qué raro pensó, la cama estaba desecha, ella tan prolija”. Pero lo más raro de todo es que el delineador no estaba en su lugar y estaba destapado. Algo poco extraño en ella, tan ordenada. Y lo peor de todo, la ventana estaba abierta y en el marco estaba la vincha rosa que siempre usaba.
Bajó los escalones tragándoselos como nunca, sediento. No quería otro más en la lista. Esta familia cada vez es menor.
La buscaron en el baño, en el armario, en el depósito, en cafeterías, en boliches, se corrió la bola por todo el barrio. Todos buscaban: el almacenero, el joyero todos…y nadie sabía. Todos buscaban, pero nadie hablaba. “Algo habrá hecho” decía el joyero. 
 
Pero dos días más tarde ella ya no estaba. 
 
Tuve la idiota e imperdonable idea de no seguir con la búsqueda, porque yo corría peligro. “Le dije a mi mamá que yo no podía dejar de militar si mi novia está desaparecida y mi amigo está muerto”*. Me contó, el pobre, cuando volvió de viaje. Es como que diste vuelta la página para adelante sin entender el principio. Sin ningún fin, más que la inercia entremezclada con quizás algo de miedo. Eso le dije yo cuando volví de viaje y le ofrecí ayudarlo a volver atrás. Y fue la idea más idiota  e imperdonable que tuve. 
*Frase que dijo Mauricio Weinstein a su madre
 
Así que decidió ir a la pesca: si ella no estaba en su mundo, él debía estar en el suyo, y se puso a repartir volantes a cualquiera, pero de nada sirvió. “El miedo es más fuerte que el valor en estos tiempos” se repetía con desasosiego.
 
Porque dos días más tarde él no estaba. 
 
 
Él la buscó siempre, y si no la estaba buscando, la estaba soñando. Él era ella y quién sabe qué sería ella. Un día, mientras su familia cenaba entraron unos hombres de gris, no sé cuántos porque nunca quise preguntar detalles y así fue que sin pajita siquiera se lo chuparon.
 
Tenía miedo por mis papás y hermanos; no veía nada. Fue el capote mi primer amigo de los últimos y uno de los mejores. Por ahí la encontraba, por ahí mi plan-carnada había funcionado y me llevaban con ella. A las pocas horas ya estaba ahí, en la pieza blanca. Rodeado de la pura inmensidad del  silencio interrumpido por gritos, cada tanto. Fue mi casita durante un tiempo, y mi “papá adoptivo” fue un tipo que lo único que supe es que debía ser de provincia, por su acento ¡Ah! y una vez sentí como que me rozaba con un áspero bigote. 
-¿Hola señora Weinstein ¿Cómo anda? –escuché una vez, desde donde estaba.
-“Quería contarle que su hijo está cuidado, nada de hablar de torturas. Lo único le quería pedir un par de cosas”*.-mientras a mí se me carcomían los huesos porque gritaba con la boca tapada y nadie me escuchaba.
Un día me trajeron un par de medias y ropa interior mía. ¿Alguien sabría dónde estaba…? Cómo habría llegado esa ropa.”Tomá”-me dijo el tipo. Y yo me las puse, tenían olor a mi mamá.
Una semana después me reencontré con mi mejor amigo, el capote. Me llevaron con la boca vendada a un lugar. Era de noche y podía ver las estrellas tan grandes y curiosas como aquel día.
*. Palabras del policía a la madre de Mauricio, mientras estaba cautivo
 
Me hicieron caminar para atrás, era de noche y las estrellas eran gigantes, me agarraba un tipo bigotudo que se reía y se aprovechaba de una pobre mujercita que no comía en días. Yo lo tenía de algún lado, yo tenía esa risa de algún lado. Me empujó y me hizo sentar en el piso; y en mi pollera se dibujó un tajo más. El bigotudo era de esos que le encontraban el gustito. Detrás de mí sentaron a alguien, a alguien. Me ataron las manos a las suyas, pero apenas podíamos rozarnos los dedos. Se escuchó un portazo. No podía mover la cabeza para el costado, así que la moví para arriba, y sentí que el que estaba tras de mi también lo hacía. 
Miraban para arriba, sin saber que desde arriba los observaban las estrellas, sigilosas como siempre. Las estrellas estaban tristes y contentas, pero ellos no lo sabían, sólo sabían que estaban gigantes como nunca las habían visto antes. Y sé hasta acá porque me lo contó un tipo con acento provinciano y medio bigotudo que me dijo que no había podido ver más, aunque yo nunca le creí, pero ustedes no cuenten nada, shh. 
 
Links en relación al blog: 





Párrafo Síntesis: Esos eran tiempos difíciles, pero a él no le importaron y con todo en su contra nunca se rindió, tanto rastrilló, tanto quiso desenmascarar que al final lo enmascararon a él. Solo las estrellas saben lo que realmente pasó.


Lucas Margulis 4º4º T.T. ESCCP

"En Caso de un Deceso Inoportunamente Esperado" - Bloch, Salinas

Cuerpo del mensaje:
Debo decir, Leipzig está empezando a carcomerme el alma, e incluso llega a poner en duda mi fe en el partido. Ayer Hannes ha venido a hablarme. Por poco le cuesta la vida; de hecho resulta muy pronto hablar de ello, quién sabe lo que sucederá mañana. Escribo estas líneas con ello en mente, para que si perezco quede registro de la razón verdadera, si es que ellos no las encuentran y las queman junto con todo lo subversivo.
Ayer, a las 1900, cuando la noche había caído hace largo rato Hannes se ha aproximado a mi cuarto. Hans siempre había sido el apartado del grupo.  Pero ayer entendí por qué; Hans pensaba, Hans se cuestionaba. Nunca se me había aproximado, hasta que me vio demasiado enterado del tema como para ignorar lo obvio.
Ya hacía unas semanas que mi amigo y mentor, Lothar, me había pedido ciertas… indiscreciones. Yo estaba enterado de los distintos sistemas de seguridad dentro del partido, pero cuando Lothar me pidió información precisa sobre las actividades extra escolares de Hannes, entendí lo que significaba el fuego amigo. Al principio no entendí lo que me preguntaba, yo honestamente no sabía nada de Hannes, sin embargo Lothar siguió insistiendo, acercándose cada vez más al meollo del asunto, hasta que hubo llegado a hacer la pregunta clave: “¿Crees que tu camarada podría estar involucrado en actitudes antirrevolucionarias? …no lo creo, Lothar. ¿Estás enterado del crimen de encubrimiento? Sí, Lothar, pero realmente no comprendo cómo tal cargo puede ser de mi incumbencia. Pues que si estuvieras encubriendo a tu amigo Hannes en alguna actitud contraria a los ideales del partido podrías quedar relacionado con ese tipo de gente. Lothar, Hans no es mi amigo, rara vez hemos hablado, lamento no poder serte de ayuda. No te preocupes, Emil, lo eres.” No me daba cuenta del significado oculto tras aquellas últimas palabras.
Siempre entendí cómo funcionaba todo. Sabía que aquella reunión con mi mentor debía quedar en secreto. Sabía que hablar de aquello podría meterme en problemas. Podrían echarme de la Universidad, o deportarme, o quién sabe. El problema era que cuando llegué, si bien entendía aquella seguridad tan… rigurosa, también la creía necesaria, por el bien del partido. Sin embargo, me fui haciendo mayor y fui viviendo, y comprendí que la seguridad aquella no era momentánea, no era imprescindible. El partido se estaba resquebrajando, la gente no era feliz, y la manera de evitar cambios era controlarnos. Cerrar nuestras mentes. Asustarnos. Hoy ya no creo en este partido. Soy socialista, lo seré hasta mi muerte, que veo no muy lejana, pero este partido corrupto por su propio poder, y aún más dictador que al otro lado de la muralla no puede ser el futuro y la libertad que busco para el mundo. Por lo tanto, si bien comprendí que hablar de la reunión me metería en problemas, también entendí que para terminar con esto que se hacía llamar partido muchos deberíamos meternos en problemas. Por lo que tomé una decisión.
Al día siguiente fui a la biblioteca, donde esperaba encontrarlo a Hannes. Lo encontré estudiando sin sacar la vista del libro. Me senté al lado, como casualmente, y mientras extendía mis apuntes de clase traté de hablarle, sin embargo Hannes continuamente me hacía callar. “Hannes, ayer… shhh… Pero Hannes… ya lo sé, niño, no te metas en problemas, no deberías ni estar hablando conmigo, quédate con tus camaradas, termina tus estudios y lárgate mientras puedas, yo ya estoy muerto” a este pequeño discurso me quedé callado. No me moví. Decidí irme, no sin antes garabatear en una hoja: “Lothar”. Hannes la miró de reojo, y tachó el nombre, para luego arrugar la hoja hasta dejarla ilegible y arrojarla en el cesto de basura más próximo.
Así que Hannes sabía. Y no había dicho nada. Y Lothar sabía y tampoco había dicho nada. Lothar no necesitaba que respondiera, él ya lo sabía. El sistema me empezaba a dar asco. Antes de llegar a la puerta Hannes me arrojó un bollo de papel. Lo levanté, lo leí y vi un horario y un lugar, con abajo una inscripción que decía “Caerás, con gracia o sin ella, pero ya estás marcado. Limítate a ir y a deshacerte de este papel” Lo miré, pero él ya había vuelto a su libro, o al menos eso simulaba.
Fui al encuentro y comprendí qué era lo que sucedía. Hannes no era un antirrevolucionario, sino que veía lo que en verdad estaba pasando, y no era el único. En esa reunión conocí a varias personas, varias historias y tantísimos problemas que estaban pasando. Conocí una chica húngara que estaba peleando por la liberación de su país, conocí un par de muchachos islandeses que no podían tener correspondencia con la gente que extrañaban, y sobre todo, conocí al verdadero Hannes. En esa reunión se sentía una despedida. Hannes sabía que lo tenían, por lo que decidió contarme todo, o al menos todo lo que podía que no me comprometiese. De cómo había llegado hace cinco años a Leipzig, entusiasmado con el partido y con la universidad. De cómo él había sido una joven promesa, y de que cómo gracias a ello conocía al partido mejor que la mayoría. A este conocimiento le debía el asco al partido. Hacía cinco años que había llegado y hace cuatro que su única pretensión es terminar la carrera e irse. Pero sabe que esas cosas no suceden. Sabe que es probable que jamás deje Alemania. Sabe que si vive es porque el partido espera algo de él, y porque es demasiado cobarde como para quitarse la vida. Sabe demasiado. Y ahora me estaba arrastrando con él. En ese momento, en el que todavía no estaba demasiado seguro de mi decisión sentí que era egoísta de su parte el contarme todo eso. Debería de mentir a Lothar si me volvía a preguntar o traicionar su confianza. Sentía que era injusto de su parte. Cuan equivocado estaba. Hannes me contaba todo eso porque sabía que Lothar no me preguntaría más nada sobre él. Sin embargo no contaba con el resto de la gente de la reunión, me estoy adelantando a los hechos.  La reunión no fue muy larga, y no se dieron nombres. Al menos no nombres verdaderos. Pero no importó. Cuando terminó nos despedimos sabiendo en nuestras almas que tal vez no nos veríamos nuevamente, pero con las caras duras y frías, como si fuera una reunión de trabajo.
Cuando llegué a casa lloré. No estaba muy seguro por qué, me dije que era por la gente de Hungría, por los que extrañaban a sus familias, por la triste vida de Hannes. Pero lo cierto es que lloraba por mí mismo. Porque temía lo que pudiera pasar. Porque vi la razón de mi ser desvanecerse ante la realidad. Porque vi que todo lo que yo predicaba no era cierto. Porque me escuché repitiendo palabras y defendiendo un partido que estaba podrido por adentro. Porque me vi mintiendo por otros. Porque me vi creyendo en Lothar. Porque por primera vez en mucho tiempo me vi, y pensé en lo que estaba haciendo. Porque descubrí que desde que había llegado no me había replanteado nada. Esa llama que en mis primeros años de militante alimentaba mi voracidad por los textos revolucionarios, esa discusión ferviente con cada persona a la que podía llegarle, ese discurso que creía propio, todo eso se había desvanecido. Me había acomodado en mi ceguera. Me creía socialista, me creía militante, me creía revolucionario, pero había hecho lo que tanto despreciaba, repetir como un imbécil un párrafo prestado. Por primera vez en mucho tiempo estaba reflexionando. Estaba pensando en lo que hacía. Y no tenía sentido. Lloraba porque dolía el ser ciego y abrir los ojos para ver la nada, el vacío, la oscuridad. De golpe Hannes se había vuelto un foco de luz demasiado brillante para permitirme ver con claridad. Y eso dolía. Y como no podía escribirlo, o hablarlo, o siquiera preguntarle a mis amigos, lloré. Y no un llanto de hombre adulto adolorido. Si no un llanto de niño sin su madre, un llanto desesperado, pero quedo, puesto que nadie debía oírme. Supe luego de ese lapsus, que mi decisión estaba tomada. No podía volver atrás como si nada, había visto el lado oscuro y no podía darle la vuelta. Supongo que no soy un verdadero revolucionario, como Lothar. Él vio el lado oscuro y decidió quedarse, y abogar por él. Suerte para él. A mí me es imposible.
Dormí con un cansancio que no sentía en años. Cuando desperté alguien había pasado algunos papeles debajo de mi puerta. Tomé el termo al que le quedaba un poco de café frío. Mientras lo ponía a calentar con una resistencia me agaché a recoger el mensaje. Al reconocer lo que era me detuve en seco. No sé cuánto tiempo me quedé en esa posición; lo suficiente para arruinarme el desayuno con un café hervido. Eran fotos. Instantáneas. Habían sido tomadas por una de aquellas máquinas que no requerían revelado. Y no eran simplemente fotos. Eran fotos de la reunión del día anterior. Fotos en las que se podía ver claramente las caras de todos los participantes. Mi primera reacción fue preguntarme quién podía haber sido el traidor; pero luego me di cuenta. Por el ángulo era imposible que las fotos las hubiese tomado alguno de los participantes. Eran todas tomadas desde el mismo lugar. Y fue entonces que comprendí las palabras de Lothar. Él sabía que tarde o temprano asistiría a una reunión. Me había preguntado simplemente para ahorrarse la molestia. Mas al notar que yo no entendía, confió en el resentimiento de Hannes. Lo había ayudado. Lo había llevado precisamente a donde quería estar. El corazón subversivo. Odié a Hannes. Cómo no lo había visto venir. Él sabía que yo estaba vigilado. Cómo pudo pasar por alto. Si él y yo estábamos condenados, habíamos hecho caer a todas aquellas personas. A menos que todos supieran, que todos estuvieran colgados. Pero si era así, por qué no huían. Yo no sabía que estaba condenado, y Hannes me había mandado a la horca. Egoísta. Quise volver a llorar, pero ya había perdido el sentido. El mensaje de las fotos fue claro, “lo sabemos”. Me pregunté quién las habría dejado. Y quién habría sacado las fotos. Mi primer instinto fue Lothar, pero luego entendí que él probablemente tuviera más gente para hacer sus trabajos sucios. Si no hubiera sido yo el perseguido, incluso podría haber sido el perseguidor.
Al fin y al cabo no hubiese sido la primera vez que hacía algún trabajo de ese tipo. De hecho, los primeros meses todos los afiliados pasamos por una serie de tareas, desde charlas en los cursos hasta grupos de seguridad. Recuerdo una vez en la que cursando una materia un grupo pequeño de muchachos entró a hablar; el mayor dio paso a uno con cara de adolescente “yo he leído material antirrevolucionario y que va en contra de los ideales del partido, es por eso que por decisión de mis camaradas debo dejar la universidad”, y luego el mayor pasó a hablar “Notemos que Tömas ha decidido contar lo que ha hecho, es por eso que se le ha permitido continuar afiliado al partido”; luego se fueron en fila, a continuar por su ronda. En ese momento odié a Tömas. Era un traidor repugnante. Y sin embargo ahora entendía. Era probable que incluso jamás hubiese hecho tal cosa, pero estaba para eso. Para odiarlo. Para mantenerse dentro del régimen de conducta apropiado. Tömas era el otro, aquel al que jamás debiéramos aspirar, por la humillación, por la culpa. Para Tömas podría haber sido una tarea del partido. Todos pasamos por ellas.
Cuando llegué a la sala comedor, cocina, sala de reuniones, y tantos otros usos me encontré con Isven. Isven era el ideal del partido. Jamás había crecido. Estaba cien por ciento convencido de todo lo que hacía el partido. Incluso me pregunté si él no habría sacado las fotos, pero me arrepentí de sólo suponerlo. Isven podría ser un entusiasta, pero era mi amigo. Mi mejor amigo en Alemania. Cuánto me equivocaba. Cuando me senté a su lado, sin saludarme siquiera me preguntó en voz baja “¿Recibiste las fotos?” Mi mente se quedó en blanco. “¿Cómo? Las que te saqué, ya puedes ir agradeciéndome, incluso puedes decir que te entregas y no deberé dar las fotos” “Isven, de qué hablas” “Te estoy haciendo un favor, es por tu propio bien, Emil, no sabes lo que estás haciendo, ya le he contado a Lothar y me ha dicho que a veces sucede, más que nada con la gente inteligente como tú, pero no debes olvidarte quién paga tus estudios, y por sobre todas las cosas, a quién obedeces” Me quedé mirando a Isven “¿Sabes que sucede con la gente que asiste como yo a esas reuniones?” “Por supuesto, recuerdas a Tömas, si te entregas incluso puedes seguir afiliado al partido” “No puedes ser tan inocente” Isven e miró como si no entendiera. Me levanté y fui hasta mi cuarto sin mirar atrás. En el pasillo me encontré a Lothar y un sudor frío recorrió mi espalda. “Te dije que nos ayudarías, Emil” “Lothar, qué gusto verte.” “Me gustaría poder decir lo mismo. Pero supongo que para ti en realidad no es ningún gusto.” “De qué hablas, Lothar, sabes que eres mi amigo” “Y supongo que tú sabes que he hablado con Isven. Te he advertido sobre Hannes pero no me has escuchado.” “¿Es sobre esa reunión? Puedo dejar de asistir, he ido a una sóla.” “No, Emil, no entiendes, queremos que vayas a más, y nos cuentes. De hecho puedes contarme, empezando ahora, el motivo de las reuniones, quiénes asisten, de qué hablan” Noté aquí el uso del plural. Se refería al partido. El partido quería saber todo sobre esas reuniones, por supuesto. “No conozco a nadie de la reunión, bueno, excepto a Hannes, por supuesto” “Por supuesto” contestó él, con una sonrisa diabólica. Él sabía. Él sabía los nombres de todos y cada uno de los participantes. La pregunta era si yo los conocía. No entendía a qué iba, si deseaba hundirme o sacarme provecho. “El motivo es para mí del todo desconocido, me llegó una invitación y la curiosidad sacó lo peor de mí.” “Y cuando dices que te llegó la invitación te refieres por supuesto a Hannes, ¿verdad?” “Sí, me había invitado a conocer a unos amigos suyos. En particularmente a dos Islandeses, como yo, supongo que ha debido de creer que simpatizaría con mis compatriotas.” “Veo. Y qué temas trataron en dicha reunión” “En gran parte hicimos memoria de nuestros países, déjame recordar… hablamos de música, temas sin importancia, sobre algunos profesores” “¿De nada más, Emil?” “Oh, y recuerdo que la chica, que era húngara, nos mantuvo entretenidos un buen rato con sutilezas idiomáticas entre el alemán y el suizo-alemán, como le he dicho, temas sin mayor importancia.” “Temas sin mayor importancia, dices. Emil, sabes que no tiene sentido que me mientas, ¿verdad?” “Lo sé, Lothar, eres mi amigo, siempre me has ayudado, no tendría razón alguna para no serte sincero” “Verás, Emil, no soy sólo tu amigo. El partido esperaba grandes cosas de ti y las has arruinado, en este momento te debates entre la vida y la muerte, mi querido amigo” Tragué saliva, y sentí cómo el nudo en la garganta amagaba con escaparse por las manos, por los ojos. Intenté tranquilizarme, y sin quebrar la voz, me mantuve fiel a mi versión. “Me duele que dudes, Lothar, sabes que cuento contigo, y que eres mi mano derecha” Lothar me sonrió. “Veremos si sigues pensando eso” No entendí qué quiso decir con aquello, pero no estaba en mi zona de interés el preguntarle. Me excusé a mi habitación y me recosté sobre la cama. Comprendí. Lothar se burlaba de mí. Lothar sabía exactamente qué pasaba por mi mente. Lothar probablemente esté consciente de estas líneas. Trataré de dejarlas en buen puerto.
Saludos, Emil.
PD: mis tres años de estudiantado en la Universidad de Leipzig, Alemania, me han dejado en claro cómo funciona esta llamada revolución. Y sé que se me viene en contra el haber entendido demasiado. Espero vivir para contarlo, y si no lo hago, te ruego lo cuentes tú.
 
"El Hombre del Lago" de Arnaldur Indridason
 
Bloch, Salinas
 

La Revolución en Irán


En el mundo musulmán, la revolución islámica se convirtió en una alternativa frente a la occidentalización
A comienzos de la década de los ochenta, el mundo se encontró ante la primera revolución islámica del siglo XX. El fundamentalismo islámico dio lugar a a y se afirmaba un plan de acción político que llevo a los líderes religiosos al poder en Irán. Este ascenso propicio una serie de reformas internas apegadas a la ley islámica. De esta manera, el pueblo iraní recuperaba su identidad persa e islámica y se afirmaba frente al mundo occidental.
Desde 1941 Irán estaba siendo gobernado por el sha Mohamed Reza Pahlevi (hijo del creador del Estado de Irán, Reza Khan).  El reino dependía de la producción petrolera, en manos de empresas británicas y estados unidos que solo beneficiaba a la familia real, mientras que la mayoría de la población estaba sumergida en la pobreza y responsabilizaban de esta situación a los países occidentales que explotaban al pueblo iraní manipulando al sha.
Cada vez hubo creciente oposición contra el sha, por parte de un sector de los practicantes del islam shiíta, por el Frente Nacional, el Partido Comunista Tudeh y los guerrilleros fedayín (marxistas) y mujaidin (integristas) que conformaron la base de la resistencia.
En 1977 se iniciaron los disturbios estudiantiles y las huelgas que terminaron dos años después con la huida del sha. El ayatollah Ruhollah Jomeini dirigió el movimiento desde su exilio en Francia y a su regreso en 1979 se convirtió en el guía de la revolución triunfante.
Una nueva constitución transformo el país en una república islámica y se instauro un régimen teocrático al mando del líder espiritual. Para consolidarlo, los jomeinistas persiguieron tanto a los simpatizantes del sha como a sus antiguos aliados liberales y comunistas. El petróleo y otras empresas estratégicas fueron nacionalizados, se disolvieron las instituciones de sha y se introdujo la ley islámica
Del mismo modo, se emprendió la destrucción de todo vestigio de la influencia occidental e incluso la muchedumbre asalto la embajada de EEUU, en Teherán, y tomo como rehenes a 65 funcionarios, sin que su gobierno pudiera rescatarlos a lo largo de 15 meses.
La revolución islámica se convirtió en una alternativa al capitalismo y al socialismo en el mundo musulmán. Para evitar su expansión por otros países islámicos, las potencias occidentes y la URSS hicieron todo lo posible por mantener a Irán aislado de la comunidad internacional.
Asimismo, entre 1980 y 1988 apoyaron a Irak en la guerra fronteriza que sostuvo contra Irán, la cual tuvo pérdidas humanas y económicas incalculables (Irak creyó que podría cobrarse el favor invadiendo Kuwait, pero EEUU e Inglaterra le hicieron la guerra entre 1990 y 1991)

A la muerte de Jomeini en 1989, le sucedió como guía espiritual de la nación Ali Jamenei, que hasta entonces había sido presidente. El nuevo presidente electo fue Ali Akbar Hashemi Rafsandjani, cuya inclinación hacia la moderación política y la apertura economía lo llevo a enfrentar a Jamenei. Sin embargo, la paulatina preeminencia de los moderados sobre los radicales se tradujo al triunfo electoral de Mohamed Jatami en 1997.  Bajo su mandato se ha reformado el régimen a favor de una sociedad islámica menos severa

domingo, 20 de noviembre de 2011

Antigona en la Plaza (Sandoval García y Day) NUEVAMENTE ENVIADO


Antígona en la Plaza

La historia de un grupo de mujeres que comenzó en una Plaza de Buenos Aires y se extendió a lo largo y ancho del país.


El 24 de Marzo de 1976, un golpe militar destituyó a la entonces Presidente Constitucional María Estela Martínez de Perón. Los militares golpistas manifestaron que venían a poner "orden", pero el orden que impusieron fue el del terror y la muerte.
La desaparición forzada de personas comenzó en Argentina antes del golpe de 1976, pero con la dictadura se termino de afianzar.
Así todos los días y noches, a lo largo de todo el territorio Argentino, se realizaban operativos durante los cuales hombres y mujeres, niños, adolescentes y ancianos, eran secuestrados en la calle, sus propios hogares, lugares de trabajo, lugares de estudio, etc., desconociéndose su paradero desde ese momento.
Ante esta situación la lógica reacción de los familiares fue buscarlos, yendo día tras día a las comisarias, juzgados, iglesias y dependencias militares a buscar información sobre sus familiares desaparecidos. En este largo recorrido para conocer la suerte corrida por sus hijos, maridos, esposas, padres y hermanos empezaron a encontrarse y a relacionarse. No es casual que las organizaciones que más peso tuvieron en la búsqueda de justicia en Argentina hayan sido los grupos de familiares: Madres, Abuelas, Hijos, Hermanos.
Y es en este contexto donde surge el mayor símbolo nacional e internacional de resistencia a las dictaduras: las Madres de Plaza de Mayo.
Varios autores han relacionado el mito de Antígona con este grupo de mujeres, ya que ven replicado en la lucha de las Madres el mandato familiar de enterrar al ser querido, fundado en el lazo de sangre y no en la razón de Estado. En ambos casos el poder fue sordo a sus reclamos, así es como Antígona será condenada a muerte y las Madres sufrirán la persecución, pero la gran diferencia es que las Madres "van a dar un paso más allá: ya no sólo reclamarán por el hijo propio, sino por todos los hijos, y ya no sólo fundamentarán su reclamo en el lazo de sangre, sino en una razón política"; y al socializar la maternidad se convierten en el actor político de más peso en las últimas décadas de la Argentina.
Hebe de Bonafini explica muy bien esta decisión  "El dolor tan tremendo que teníamos por el secuestro de  nuestros hijos se convirtió en un motor de lucha. Y fue haciendo que naciera entre nosotras la unidad, un sentimiento de identidad colectiva, un impulso de luchar y de hacer todas las cosas juntas. Entonces fue cuando un grupo importante de madres decidimos socializar la maternidad. No podíamos seguir siendo madre de uno solo y pelear nada más que por nuestro propio hijo, sino que debíamos convertirnos en madres de todos los hijos secuestrados y desaparecidos."
El caso que mejor ejemplifica este sentimiento colectivo que había nacido entre las Madres es el de Esther Ballestrino de Careaga cuya hija Ana secuestrada y desaparecida, fue liberada en octubre de 1977, sin embargo ella siguió militando junto a las madres porque según sus propias palabras seguiría trabajando "hasta que aparezcan todos, porque todos los desaparecidos son mis hijos". Esther fue secuestrada el 8 de diciembre de 1977 junto a otros familiares que se reunían en la Iglesia de la Santa Cruz, fue llevada a la ESMA y estuvo desaparecida hasta el 8 de julio de 2005 en que gracias al trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense, fueron individualizados sus restos que hoy descansan en el jardín de la misma Iglesia de la que fue secuestrada.
Estas mujeres no estaban preparadas para la lucha que tendrían que enfrentar, pero un día una de ellas, Azucena Villaflor propuso entregar una carta a Jorge Rafael Videla, y así fue como las madres empezaron a concurrir todos los jueves a Plaza de Mayo, un día un policía les comentó que no podían quedarse allí porque había estado de sitio y les ordenó circular, por ende,  las madres comenzaron a caminar alrededor del monumento a Belgrano. Un tiempo después "movieron" su marcha alrededor de la Pirámide de Mayo, en el centro de la plaza, y desde entonces, allí es donde han marchado todos los jueves.
Con el objeto de reconocerse, comenzaron a usar un pañuelo blanco en la cabeza que se convirtió en su símbolo.
Al principio los militares no tomaron conciencia  del impacto que tendrían esas mujeres, Mirta Baravalle dice al respecto "Creo que les sorprendió y que no supieron valorar lo que iba a significar aquello cuando empezamos a reunirnos en la Plaza de Mayo. Una mañana estábamos cinco mujeres, cinco madres que buscábamos a nuestros hijos detenidos, frente a la Casa Rosada y cinco soldados vinieron a ordenarnos que nos retirásemos. Entonces tres nos sentamos en un banco y Azucena Villaflor se puso a tejer. Ella nos convocó a volver a la plaza hasta ser escuchadas, y el día siguiente ya fuimos catorce mujeres. Después el grupo creció enseguida… Claro que sorprendimos a los militares. Si hubieran sabido en ese momento lo que las madres llegaríamos a significar nos habrían hecho desaparecer entonces".
Cuando los militares deciden actuar y secuestran a tres madres, las mencionadas Azucena Villaflor y Esther Ballestrino de Careaga y a María Ponce de Bianco, ya era tarde. Las Madres de Plaza de Mayo, ya se habían convertido en los actores de la resistencia más fuerte contra la dictadura. Como tan bellamente describió Julio Cortázar "Lo irracional, lo inesperado, la bandada de palomas, las Madres de Plaza de Mayo, irrumpen en cualquier momento para desbaratar y trastocar los cálculos más científicos de nuestras escuelas de guerra y de seguridad nacional".
Con el paso del tiempo fueron escuchadas y adquirieron fuerza mientras que su prestigio creció en todo el mundo; a punto tal que en otros países de América Latina y de Asia donde se sufría del mismo mal, surgieron grupos de Madres que imitaron la acción de las Madres de Plaza de Mayo
Pasaron 35 años. 35 años de lucha y de compromiso por la misma y por sobre todas las cosas de amor, amor por sus seres queridos detenidos y desaparecidos, y aún hoy, las Madres de Plaza de Mayo continúan haciendo su marcha alrededor de la pirámide de Mayo todos los jueves a modo de afirmación de la vigencia de sus demandas.

Sandoval García, Macarena y Day, Julia 4to 4ta T.T.
 

 

Crónicas personales sobre una época trágica en la historia de nuestro país - Brian Brosky y Bruno Czikk

24 de marzo de 1976
Hoy es un día raro para nuestro país. El gobierno de María Estela Martínez de Perón acaba de ser derrocado por una junta militar encabezada por los jefes de las Fuerzas Armadas. Estela Martínez de Perón va a ser llevada presa por orden de los militares. Entre estos jefes militares se encuentran Rafael Videla, Emilio Eduardo Massera y Orlando Ramón Agosti. Según me informaron fuentes confiables, los integrantes de la Corte Suprema de Justicia acaban de ser desplazados por los abogados Adolfo Gabrielli, Horacio Heredia, Abelardo Rossi, Alejandro Caride y Federico Videla Escalada. No sé que será del futuro de nuestro país; se encuentra todo en suspenso. Aunque tengo la sensación de que esto no va hacia un buen camino.
25 de marzo de 1976
La junta militar ya dictó 31 comunicados. El país debe acatar las disposiciones y directivas que emanen de la autoridad militar y al mismo tiempo serán encarceladas todas aquellas personas "subversivas". El comunicado califica así a las personas que atenten contra la autoridad de la junta militar o pueda perjudicar y desprestigiar las actividades de las Fuerzas Armadas.
16 de septiembre de 1978
Hace 2 años ocurrió algo trágico. Algunos estudiantes secundarios, se presume que alrededor de diez, fueron secuestrados en la ciudad de La Plata. Según me informaron diversas fuentes, estos estudiantes formaban parte de la Unión de Estudiantes Secundarios. Los hechos no se encuentran bien esclarecidos y la información que surge de ellos es difusa. El paradero de los estudiantes no se sabe ni el por qué de su secuestro. Todo el ambiente del país se encuentra muy raro; muchas personas afirman que no encuentran a sus familiares y que estos se encuentran desaparecidos. Espero que esto se solucione pronto.
25 de enero de 1979
Ayer hablando con un agente de gran importancia en las Fuerzas Armadas y en el poder me dijo que los estudiantes fueron secuestrados por ser "subversivos" y atentar contra la integridad del poder. El hecho fue llevado a cabo por el Batallón 601 del Servicio de Inteligencia del Ejército y por la Policía de la provincia de Buenos Aires, dirigido por el general Ramón Campos. Me aclaró que eran los estudiantes eran los principales líderes de una organización estudiantil y que habían reclamado por el boleto estudiantil secundario; que esto era "inadmisible". Al mismo tiempo, me dio a entender que lo que me decía era de extrema confidencialidad.
19 de marzo de 1982
Hoy buscando unas cosas en casa, me encontré de nuevo con este libro. Pensé que lo había perdido, menos mal que no cayó en manos equivocadas.
5 de Abril de 1982
Hace un par de días que tropas Argentinas desembarcaron en las Islas Malvinas, que estaban ocupadas por los ingleses.  Todo el país está muy entusiasmado, y la junta nos asegura que la guerra la vamos a ganar. Una buena se nos tiene que dar.
10 de Mayo de 1982
Ya quiero que termine la guerra. Por suerte, hoy escuché que decían que la guerra estaba por terminar. Aunque tengo contacto con un militar que me confesó que no todo es lo que parece. Yo no se por qué dice eso, si al parecer estamos arriba y por terminar la guerra. ¡Al fin se van a ir estos ingleses!
14 de junio de 1982
Al parecer, la junta no tenía razón. No todo fue lo que parecía. Argentina se retira de las Malvinas, la cantidad de muertos es asombrosa, alrededor de 650 soldados murieron. ¡Qué tragedia! Y yo que estaba contento con la guerra, una vez mas nos muestra el peor lado de la humanidad, y que no sirva absolutamente para nada. Lo único que quiero ya es que se termine todo esto de una vez.
20 de mayo de 1983
Se está diciendo que la dictadura está llegando a su fin. La junta no sabe que hacer, el país está totalmente golpeado por la guerra, y las potencias exteriores no paran de presionar para que este gobierno termine, acusándolo de actos inhumanos y genocidas. Así que parece que la junta termina, y van a llamar a lecciones.
31 de octubre de 1983
Ganó Alfonsín con un 52% de votos. Nunca antes visto, un país lleno de locura y emoción. La gente salió a festejar a la calle la vuelta de la democracia, de la libertad. Fue una noche inolvidable.
10 de noviembre de 1983
Hoy asume Alfonsín. Ahora sí que puedo confirmarlo: se terminó todo. Es verdad que no hay mal que dure una eternidad, ahora Argentina se encamina de nuevo a ser el gran país que supo ser.


Bibliografía

Imagen:

El retorno de la Democracia

EL RETORNO DE LA DEMOCRACIA

E
n esta edición de la revista "Sucesos Argentinos"   vamos a hacer un repaso de lo que significo el retorno de la democracia y el gobierno de Alfonsín. Para eso vamos a traer a colación archivos viejos que nos van a ayudar a remontarnos al pasado y comprender que ocurría en esa época.

El 10 de diciembre de 1983 el doctor Raúl Alfonsín asumió la presidencia del país, poniendo fin al autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, una dictadura de más de siete años, que tuvo como consecuencia la persecución y desaparición de 30.000 personas.
A continuación un pequeño fragmento del diario Clarín, del día de la asunción de Alfonsín:
Diario Clarín, domingo 11 diciembre de 1983.
Alfonsín es presidente constitucional de Argentina
Raúl Alfonsín asumió ayer, 10 de diciembre de 1983, como trigésimo tercer presidente constitucional, en medio de la algarabía popular que se extendió hasta horas de esta madrugada. Por la mañana pronunció su mensaje ante la Asamblea Legislativa, recibió en la Casa de Gobierno los atributos de mando, y habló brevemente a la multitud reunida en la Plaza de Mayo, desde los balcones del Cabildo. Por la tarde, saludó a las delegaciones extranjeras y a partir de las 19.30 inició sus entrevistas con los funcionarios visitantes, entre ellos George Bush, Pierre Mauroy y Hernán Siles Zuazo.
Con el 52 por ciento de los votos registrados en las elecciones del 30 de octubre y en el marco de una colorida fiesta popular –en la que además de radicales participaron militantes de otras extracciones políticas-

Vemos como la noticia repite varias veces la alegría popular que se manifestaba en las calles, luego de la dictadura militar que había obligado a mantener el silencio durante 7 años a gran parte de la población.   Para demostrar el estado de algarabía presente en la gente, queremos transmitirles un fragmento del programa de radio "A la vuelta de la esquina" de la radio comunal La Boca.
Hacer doble click sobre el texto a la izquierda para escuchar.


En el día de la asunción, Ricardo Alfonsín pronuncia un discurso muy importante que quedará en la historia, aquí retransmitimos un fragmento.

A tan solo cinco días de ocupar el poder, el nuevo presidente, firmó el decreto 187, que creó la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas) para esclarecer los hechos violatorios a los derechos humanos del gobierno anterior, reuniendo denuncias y pruebas.
El 15 de diciembre de 1983 nació la CONADEP, presidida por el escritor Ernesto Sábato e integrada por notables personalidades de distintos ámbitos de la cultura.
El trabajo de recopilación de información duró nueve meses, donde se reunieron en el propio escenario de los hechos las pruebas suficientes, reunidas en un libro que se llamó "Nunca más" para llevar a juicio a los miembros de la Junta Militar, lo que se produjo en abril de 1985.
El 9 de diciembre de 1985 se dictó la sentencia condenando a Jorge Rafael Videla y Emilio Eduardo Massera a reclusión perpetua, a Roberto Eduardo Viola a 17 años de prisión, a Armando Lambruschini a 8 años de prisión y a Orlando Ramón Agosti a 4 años de prisión. Los acusados Omar Graffigna, Leopoldo Galtieri, Jorge Isaac Anaya y Basilio Lami Dozo no fueron condenados por no haberse podido probar los delitos que se les imputaban.
El 29 de diciembre de 1990, en el marco de una serie de indultos relacionados con la Terrorismo de Estado en Argentina en las décadas de 1970 y 1980, el presidente Carlos Menem sancionó el Decreto 2741/90 indultando a los ex miembros de las juntas militares condenados en 1985.  Quedando todos los represores en libertad.
Seguidamente, y para dar por concluido el capítulo correspondiente a los crímenes cometidos durante la dictadura, Alfonsín envía al Congreso el proyecto de ley que se conocería como de Punto Final y que fuera aprobado el 23 de diciembre de 1986. Según esta ley quedaba extinguida toda acción penal contra civiles y/o militares que no hubieran sido imputados por delitos cometidos en las operaciones antisubversivas dentro de un determinado plazo (basta el 23102/87). La Ley de Punto Final produjo el rechazo y malestar en importantes sectores de la sociedad civil, pero también en el seno de los sectores militares.



Levantamiento carapintada
El 16 de abril de 1987 el Teniente Coronel Aldo Rico y un grupo que lo acompañaba conocidos como los carapintadas, se amotinaron en la Escuela de infantería de Campo de Mayo resistiendo la citación que la Justicia fe hiciera al Mayor Ernesto Guillermo Barreiro (refugiado en el XIV Regimiento de Infantería Aerotransportada, en La Calera Córdoba, declarada también en rebelión). Los insurrectos solicitaban el cese de la campaña de agresión do los medios de comunicación contra las Fuerzas Armadas, un aumento del presupuesto para esas fuerzas la elección de un nuevo Jefe del Estado Mayor del Ejército de entre cinco postulantes que ellos propondrían y a exculpación para todos aquellos que hubieran participado en los hechos que se estaban sucediendo. Mientras tanto en todo el país, la gente se agolpó en las calles y las plazas para expresar su apoyo al gobierno constitucional y su repudio a la actitud de los carapintadas.
Luego de varios intentos para solucionar la crisis fue el mismo Alfonsín quien tuvo que hacerse presente en Campo de Mayo y lograr que Aldo Rico depusiera su actitud. Esto fue comunicado rápidamente a  gente reunida en la Plaza de Mayo.
De esta manera, terminamos con la situación social compleja en la que tuvo que gobernar Ricardo Alfonsín. Se ve una clara tensión entre la sociedad en búsqueda de justicia, y los sectores militares que imponían trabas para que no se juzgaran los delitos cometidos en la dictadura. Como resultado de este tensión se puede ver como victorioso al sector militar que consiguió que solo sus máximos líderes tuvieran una condena, la sanción de la ley de obediencia debida y punto final para que se terminen los enjuiciamientos y años más tarde la amnistía concedida por Menem. Por lo que vemos que se intento cerrar el capítulo de la historia sin justicia. Recién en  el 2003 con la derogación de la ley de obediencia debida,  y punto final y la nulidad de la amnistía, se comenzó a juzgar a los represores por los crimines de lesa humanidad, desde nuestro punto de vista un capitulo no se cierra si no tiene justicia.

Situación económica
La economía fue  lo que precipitó la caída de Alfonsín, quien recibió un país que atravesaba una profunda crisis. La inflación, que ya existía, comenzó a acrecentarse, y para luchar contra ella, se lanzó el Plan Austral, en junio de 1985, elaborado por el ministro de economía Juan V. Sourroulle, que al principio pareció tener éxito, pero fue efímero. El plan consistía en crear una nueva moneda, el austral, y efectuar un congelamiento de precios.
Al año siguiente la inflación volvió a dispararse, lo que hizo que el gobierno perdiera credibilidad. Se instrumentaron planes para luchar contra la pobreza que se presentaba como una amenaza, ya que comenzaban a proliferar los saqueos, sobre todo a supermercados. Para ello, se creó el PAN, Plan Alimentario Nacional, que consistía en el reparto de cajas de alimentos entre los más necesitados, con carácter paliativo.

En 1987, se intentó un plan de privatización de empresas públicas y una reducción de la deuda fiscal, plan que naufragó por la negativa de los empresarios y de la oposición peronista.

En 1988, la deuda externa crecía, y hubo que firmar una moratoria. En octubre de ese año, se lanzó un nuevo plan, esta vez, llamado Primavera, con intervención del estado en el mercado cambiario y un acuerdo con comerciantes e industriales para frenar el desmedido aumento de pecios.

En 1989, ya puede hablarse de hiperinflación, con precios incontrolables y salarios que trataban de adecuarse al costo de vida, generando más inflación. El Banco Mundial, se sustrajo de seguir brindando ayudada al alicaído país, la confianza de los operadores cambiarios se disipó, y esa falta de confianza generó la compra de
divisas, con el consecuente aumento de su valor.


Aquí vemos los saqueos como consecuencia de la hiperinflacion y pobreza.

La situación se desbordaba, su crítica a los sindicatos, que fue una herramienta que le valió la llegada al poder, ya que había denunciado la existencia de un pacto entre esas entidades y los militares, tuvieron como consecuencia que debiera soportar trece paros generales.
En las elecciones presidenciales de mayo de 1989, Carlos Menem llegó al poder, acompañado en la vicepresidencia por Eduardo Duhalde, con el 49 % de los sufragios. Eduardo Angeloz, del radicalismo perdió con 37 % de los votos.
El 8 de Julio de 1989, se realizó el traspaso del mando, en forma anticipada, ante la grave situación que vivía la Argentina, que ponía en peligro la continuidad democrática.

HECHOS DESTACADOS:
Un hecho trascendente que ayudo a consolidar cierto apoyo social fue la consagración de la Argentina en el mundial de México 1986, esto le trajo cierto rédito  político al mostrarse en la plaza de mayo con la selección Nacional. Como vimos la difícil situación social y económico hizo que no pudiera mantener este apoyo social que se desvaneció hacia fines de su mandato.