Consigna 1º Integrador

Para este número de "Relatos del siglo XX" le pedimos elabore un artículo de 6.000 caracteres con al menos tres links internos al blog de la materia y tres links externos a páginas que usted sugiera en el cual construya un relato de algún personaje (obrero/a, estudiante, empresario, político) en un hecho histórico de la primera mitad del siglo XX.
Se evaluará la originalidad del relato en su capacidad de situarlo en su contexto histórico y las relaciones que establezca de los hechos con su vida. Deberá sumar alguna imagen y destacar un párrafo síntesis que destaque el contenido del mismo. No podrá tomar un tema que haya elaborado en su trabajo práctico.
El plazo de presentación es el miércoles 29 de junio a las 12 hs. El mismo se posteara con el mail clave que oportunamente le fue dado.
A su vez, se le pedirá que evalúe un artículo en forma anónima con seudónimo, señalando fortalezas, debilidades y sugerencias de cambios al artículo. Este comentario deberá ser realizado antes del viernes 1 de julio.

viernes, 1 de julio de 2011

Relatos del Siglo XX

MEJOR TARDE ANTES QUE NUNCA…


Fraude, falso, de facto. Fraude, falso, de facto, antidemocrático.  Todo es así, y yo estuve ahí y no dije nada. Fraude, falso, de facto, antidemocrático y corrupto. Me sigo repitiendo esas palabras en mi cabeza… Recuerdo claramente que, en septiembre 1930, se produce el derrocamiento a Yrigoyen, yo estoy parado a tres personas de Félix Uriburu mientras sucedía el desfile de la Legión Cívica en plena recoleta. Allí, donde todos aquellos que sostenían una bandera Argentina o vestían con una escarapela en el corazón en ese momento eran compañeros de este presidente de facto, con sus ideologías anticomunistas, nacionalistas, elitistas, antidemocráticas y antiliberales. También en febrero 1931, época en la cual yo actúe como un verdadero cobarde, en el que concientemente fui parte de las trampas y los hechos de violencia, de las maniobras enfermizas del fraude, me guarde el secreto. Hoy quiero gritarle al mundo que la realidad fue otra y yo no soy el único que puede distinguirla, que se puede decir ¡Mentira! ¡Fue el radical Honorio Pueyrredón, el que ganó, fue Pueyrredón! O al menos él debió serlo, todos mienten ya que esas elecciones en 1931 fueron suspendidas, fueron anuladas, es decir, fueron elecciones piloto, porque el yrigoyenismo ganaba y nadie dijo nada, ellos, la clase dominante, no dijeron nada. Yo, no dije nada. Todos lo pensaron y yo también me la creí, que podían llegar a ganar ellos, los conservadores, a través de un comicio sin la participación de Yrigoyen pero por lo contrario fue demostrado que los radicales no habían perdido su fuerza política. Luego, fui testigo de que el General Justo, representante de los intereses conservadores, intentara realizar un acuerdo con Alvear, procurando controlar al Estado sin recurrir a mecanismos autoritarios. Se que Justo y Uriburu le propusieron reestructurar el radicalismo expulsando a los yrigoyenistas. Pero Alvear se opuso a este pacto propuesto por los sectores oligarcas y fue exiliado, no se le permitió que vuelva al país. Ante el evidente fracaso de las negociaciones, los sectores conservadores gobernaron con fraudes sistemáticos y los radicales se abstuvieron de las elecciones.  Sin Alvear ellos no eran nada, que con él en el extranjero, exiliado, tenían las elecciones ganadas, pero la mayoría de los votos que se quemaron con el cartón de las urnas les dieron la representación del pueblo a ellos, los que creían correctos. ¿Quién se creía esa minoría que podía decidir por toda la nación argentina? ¿Quién me creí yo para ser cómplice de semejante blasfemia? Y yo con temor a perder todo, a pensar que la vergüenza no existe, que puedo vivir con eso sí, he sido el bufón del circo, aquel al que se le puede pedir de todo y lo hace, contra su propio honor, lo hace. Y si me acusan ahora de secuestrar libretas, de agredir a los fiscales de la oposición, al falsificar las actas, a restituir las urnas, a instalar a los ciudadanos con el argumento que ya habían votado, a validar los votos de los ya difuntos. Si, diré todo que sí, que yo lo he hecho, porque es lo mínimo que puedo hacer después de bajar la cabeza tantos años, dejando mis pensamientos, mi ideología, mi razón de lado, para obedecer a los poderosos, a clase reinante, la conservada, los denominados oligarcas, para que no me acusen de traición mientras ellos gobernaban. Sí, lo admito, antes estuve con Yrigoyen mientras reprimía de forma sangrienta a las masivas manifestaciones en las calles en la crisis de la posguerra. Mientras miles de huelguistas salían a luchar por mejoras salariales, y derechos para los trabajadores, donde festejaban ingenuamente el triunfo de los bolcheviques en Rusia, teniendo esperanzas en la llamada "Patria del Proletariado". Sí, estuve con Uriburu cuando tomo el poder sin importancia de la voz y el voto de los integrantes de la Nación, dejando a su modo que los representantes en los conflictos tanto internos como externos sean hombres de mala fe, de poca confidencia y de mala palabra. Cuyas ideas contrapuestas no podían llevar adelante a una Nación, ese grupo heterogéneo de burgueses militares y clases dominantes no podían tomar una decisión cuerda con respecto a las políticas principales para mínimamente sobrevivir en semejante crisis. Todos discutiendo que se podían llevar del festín, quien podía recibir un pedazo más grande de esa torta de poder y riquezas. Adornaban sus discursos vacíos de contenido con frases como el orden que se tenía que establecer en la sociedad iba a dar un mejora en la calidad de vida de todo, pero la verdad que no intentaban ocultar con gran esmero era su idea de creer un sistema autoritario y corporativista, inspirado en el modelo fascista italiano, llevado a cabo por Mussolini. Sin embargo nunca se logró este objetivo ya que las clases dominantes en las que él se podía apoyar, no sostenían su proyecto, no había consenso, queriendo sin embargo, instalar un republica democrática con el fraude en todos los rincones existentes.  Sí, en la etapa de la restauración conservadora, que duro toda la década del 30' yo apoye a los que presentaban como principios combatir la corrupción y la demagogia propios del yrigoyenismo cuando años antes, yo les servía la comida sin veneno. Yo oía cada conversación que tenía la importancia de ser mencionada dos veces, pensando aquellos confiados de que no iba a representar ninguna amenaza. Yo también lo creía, hasta el día de hoy. Así que teman, teman aquellos que querían recuperar el poder que perdieron el 1916, porque no estaban dispuestos a soportar a una dictadura. No se crean santos y dioses de la bondad por esto, porque el fraude es la violencia, no deja que las personas tengan uno de sus derechos más importantes, la libertad de expresión. Entre ellos mismos había diferentes objetivos, los terratenientes oligarcas se interesaban simplemente por retener las riendas políticas de Estado. La corrupción reinaba y los tantos reyes que se reían mientras escupían en el suelo argentino se sentaban sobre mis rodillas mientras yo peinaba sus cabellos falsos de mentiras y promesas al pueblo de libertad, pan y trabajo que nunca se cumplirían. Me he sentado sin decir nada, mientras toda esa corrupción pasaba frente a mis ojos. Mientras las riquezas de la Argentina caían en manos extranjeras, sucias de capitales que financiaban nuestra economía, pero que en realidad la envolvían cada vez más en su telaraña de la cual no se tenía salida. Un ejemplo concreto que puedo nombrar que marco claramente hasta qué punto el Estado estaba dispuesto a intervenir a favor de los principales grupos de poder, es el Tratado de Roca-Runciman en 1933. Surgió a partir de la crisis desatada en 1929, Gran Bretaña para disminuir los efectos de ésta, había decidido dar preferencia en la compra de carnes y otros productos primarios a sus colonias. Entonces Argentina para continuar comercializando con Gran Bretaña, en la cláusulas les daba preferencia en las importaciones, beneficiando a los ferrocarriles, frigoríficos y empresas de tranvía ingleses. Además lamentablemente he visto horribles muertes y asesinatos y me he callado por el miedo. Pero ahora es terror lo que siento, la culpa me retuerce porque cada vez que pienso en el pueblo argentino tirado en las calles, sobreviviendo a los inviernos helados de las sucesivas crisis que han atareado y golpeado tan fuertemente a los nuestros, si aún se me puede considerar a uno de ellos. Por eso pensé tanto tiempo en morir, en matarme a mi mismo para recibir aunque sea una mínima parte del perdón que no merezco, pero no. Ese no es el camino, eso es seguir siendo el cobarde que soy y que siempre fui, pero que nunca más seré. Ahora yo hablaré, hasta no poder más, sobre lo que vi y fui testigo y culpare sin miedo y enjuiciaré a los que merecen el castigo por traer la miseria a esta patria. Porque yo de ahora en más seré un hombre, un hombre que defenderá lo que corresponde, sin temer a decir lo que piensa y aprender humildad y a respetar a los miles de personas que he traicionado.

Síntesis del relato: trata dramáticamente la historia de un hombre arrepentido de ser testigo de las dimensiones escandalosas que el fraude cobro, de la cantidad de negociados que entregaron riquezas nacionales al capital extranjero y la corrupción reinante en su época, en la Década Infame.

LINKS:
http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/decada_infame/negociados_de_la_decada_infame.php y utilice el libro de la Universidad de Buenos Aires Curso de ingreso a las Escuelas de Educación Media para el ciclo lectivo 2008. 

2 comentarios:

  1. Bren, tu historia me pareció muy interesante, osbre todo por el enfoque de ira que reflejan las palabras del personaje
    Sin embargo me parece que está demasiado lleno de fechas y hechos muy en lista
    Aún así me gusta mucho cómo expresa el personaje la ira que siente ante la injusticia.
    Salú

    uchengue

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  2. Buena inserción del personaje en contexto histórico, con capacidad de crítica se pueden ver los hechos que marcaron ese momento. Trabajo Aprobado.

    Comentario correcto. Aprobado.

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