Nueva York, Domingo 26 de mayo de 1931
A mis Seres queridos:
Hoy es un hermoso día. Llueve, pero es hermoso, porque es el día en que acabarán todos y cada uno de mis problemas. Saludaré a mi compañero de cuarto con amabilidad, besaré a mi madre, abrazaré a mi hermano, regalaré flores a mi esposa y le daré un beso como cuando nos conocimos. Pediré disculpas a todos mis amigos, quemaré los recuerdos de una vida pasada, pediré perdón a mis dos únicos amores (mis hijos). Y es a ellos a quienes les explico: así no se puede. Así no puedo.
No logro decidir cuando comenzó todo, porque no lo sé. Lo que quiero hacer es describir los hechos tal y como aparecen en mi memoria (y en los diarios), empezando allá por 1920, los felices 1920.
Como corredor de bolsa estaba meticulosamente informado sobre cada índice que nos daba la economía. Teniendo en cuenta que la Gran Guerra había dejado al país como el principal productor y exportador mundial de bienes, los años 20 fueron un período de fuerte crecimiento para los Estados Unidos, principalmente por el impulso de nuevos sectores industriales, tales como el automotriz, el textil, el petrolero, el farmacéutico, el electrodoméstico y un gran avance en el campo de la aviación; así como también la aplicación del taylorismo como forma de producción y el aumento de la concentración empresarial.
También surgieron los cárteles internacionales que controlaban los precios mundiales de acero y petróleo.
Así, entre 1921 y 1929, la producción industrial aumentó alrededor de un 50%. El boom de la Bolsa no salió de la nada. Sin embargo, el aumento en la economía real durante el mismo período fue del 18%, mientras que en la Bolsa subió en un 300%. Creció mucho el elemento especulativo y se convirtió en predominante a partir de 1928. Recuerdo cuando la empresa Charles Merrill recomendó a los inversionistas no endeudarse para comprar más acciones, y dijo: "Aunque no se trata de una recomendación de venta, es el momento oportuno para liberarse de sus créditos." Esto no atrajo a los inversores, porque la capacidad de revender con una importante ganancia hacía que muchos títulos se compraran a crédito.
De esa manera, la propia economía comenzó a mostrar signos de debilidad a principios de 1929: por ejemplo, la caída de la producción de automotores. La producción industrial disminuyó en un 7% entre Mayo y Octubre. Esta desaceleración se debió en parte a un fenómeno de asfixia: el capital disponible provenía de la Bolsa y no de la economía real.
De esa manera, la propia economía comenzó a mostrar signos de debilidad a principios de 1929: por ejemplo, la caída de la producción de automotores. La producción industrial disminuyó en un 7% entre Mayo y Octubre. Esta desaceleración se debió en parte a un fenómeno de asfixia: el capital disponible provenía de la Bolsa y no de la economía real.
Y así (acercándonos al hecho que me tiene aquí hoy), a todo período de expansión le sigue uno de regresión: la producción superó las necesidades reales de consumo a partir de 1925, donde los Stocks aumentaban conforme se reconstruían las economías europeas dejando un mercado con productos sin capacidad real de venderse. ¿Cómo iban a consumirse si la desigualdad en la distribución de la renta, lleva implícita la limitación del consumo a las capas sociales más ricas, que definitivamente no son las más numerosas? ¿Cómo iban a consumirse con el mantenimiento de precios de monopolio, producto de los cárteles internacionales, que obligaba a la existencia de grandes cantidades de stocks sin vender, al comprometerse los fabricantes a mantener unos precios pactados de antemano? ¿Cómo iban a venderse con el desfase que había entre precios agrícolas e industriales, si los primeros crecían más lentamente que los segundos y hacían disminuir, por tanto, el poder adquisitivo de los campesinos (importante clientela de la industria)? ¿Cómo iban a venderse en medio de la reconstrucción de las economías europeas, y el incremento de la producción en algunos países menos desarrollados? Sin lugar a dudas el sector agrario fue el más perjudicado por los excedentes invendidos y la consiguiente baja de precios, cuyo índice alcanzó el record más bajo en 1929.
Entonces, después de una serie sorprendente de cinco años de duración en la cual el Promedio Industrial incrementó su valor cinco veces, mayor a la de años anteriores, los precios alcanzaron su nivel máximo en 381.17 el 3 de septiembre de 1929. A partir de entonces, el mercado cayó profundamente por un mes, perdiendo 17% de su valor en la caída inicial. Luego, durante la semana siguiente, los precios recuperaron más de la mitad de las pérdidas, solo para caer nuevamente poco después. Entonces el declive se aceleró el jueves 24 de octubre de 1929. Ese día se negociaron un número récord de 12.9 millones de acciones.
Desde el 15 de octubre la acumulación de órdenes de venta había hecho bajar los valores; sin embargo ese jueves 13 millones de títulos son puestos a la venta bajo precio y no encuentran comprador, provocando el hundimiento de la bolsa. A la 1 P.m. del viernes 25 de octubre, varios grandes banqueros de Wall Street se reunieron para encontrar una solución al pánico y caos en las negociaciones bursátiles. La reunión incluyó a Thomas W. Lamont, actuando en representación de J.P. Morgan Chase; Albert Wiggin, representante del Chase National Bank; y Charles E. Mitchell, presidente del National City Bank. Ellos escogieron a Richard Whitney, vicepresidente de la Bolsa de Nueva York, para actuar en su nombre. Con los recursos financieros de los banqueros como respaldo, Whitney colocó una oferta para comprar un gran bloque de acciones del U.S. Steel a un precio muy por encima del mercado. Luego, ante la mirada sorprendida de los negociadores, Whitnet compró un número similar de acciones en otro Blue chip.
Durante el fin de semana, los eventos fueron cubiertos por los periódicos en todos los Estados Unidos. El lunes 28 de octubre más inversores decidieron salir del mercado y la caída continuó con una pérdida récord del 13% en el Dow Jones ese día. El día siguiente, 29 de octubre, se negociaron 16.4 millones de acciones, un número que rompió el récord establecido siete días antes. William C. Durant se juntó con miembros de la familiar Rockefeller y otros gigantes financieros para comprar grandes cantidades de acciones con el fin de demostrar al público su confianza en el mercado, pero sus esfuerzos fallaron en el intento de detener la caída. El Dow Jones perdió otro 12% ese día. La bolsa perdió $14 miles de millones en valor ese día, sumando $30 miles de millones la pérdida para la semana, diez veces más que el presupuesto anual del gobierno federal y mucho más de lo que Estados Unidos gastó en la Primera Guerra Mundial.
Otra caída ocurrió el 13 de noviembre cuando el Dow Jones cerró en 1986, aunque el mercado se recuperó en los siguientes meses de ese punto, alcanzando un pico de 294.0 en abril de 1930. Desde el año pasado las cotizaciones siguen descendiendo. El mercado de valores se embarcó en una caída constante en abril de este año, y al respecto no hay absolutamente nada que indique que la situación va a mejorar. Por el contrario estoy convencido de que esto es sólo el principio de lo que será conocido como la peor crisis de la economía mundial. De lo contrario no estaría escribiendo esta carta.
Pero para darle nombre al mar de sentimientos que me invaden, si tuviese que explicar las posibles causas que desembocaron en este caos, no dudaría en mencionar factores como la crisis de subconsumo, en la que la demanda de productos desciende motivado por la desigual distribución de la renta; tampoco la falta de dinamismo en el comercio internacional, debido a la caída de la demanda exterior y el proteccionismo; la especulación bursátil: la bolsa subía pero no los por beneficios reales de las empresas, sino por la expectativa de beneficio. Las inversiones en bolsa se hacían a partir de préstamos concedidos por los bancos por lo que el dinero no iba a los inversores productivos, sino a la especulación; la quiebra de sector financiero ya que en 1929 quebraron cuarenta bancos, y siguen quebrando. La quiebra tuvo lugar porque los particulares retiraron sus depósitos ante el temor de perderlos. Por otra parte, los bancos no pudieron recuperar los préstamos concedidos a los especuladores en bolsa, ni los invertidos a largo plazo en la industria. La quiebra bancaria paralizó la inversión, lo cual redujo drásticamente la producción a la mitad y cerca de cien mil empresas cerraron sus puertas; la crisis industrial en la cual incrementó el paro en índices hasta ahora desconocidos.
Más allá de estos factores (y no tan "más allá"), la gestión de Hoover se está viendo marcada por errores que no solo no frenan el proceso sino que lo acentúan. De hecho el Presidente nunca aceptó la gravedad de los hechos, describiéndolos como pasajeros. Asimismo no afronta de ninguna forma el desempleo. Y la compra momentánea del excedente agrícola ya no le es una realidad concretable, cosa que sin ninguna duda causará una caída estrepitosa de los precios agrarios… ¡¡¡Van a quebrar!!! Como todo: los bancos, las empresas, las industrias… Mi desesperación no podría ser mayor y, en caso de que sí, no quiero estar aquí para saborearla cada segundo de mi vida, esa que me dejó son casa, sin empleo, sin dinero, sin dignidad, sin nada…
Y como si fuera poco, sé que esto no va a quedar dentro de la burbuja financiera que está padeciendo mi país: de forma milagrosa pude contactarme mi amigo de la infancia, Andrew Jones, que por las cosas de la vida esta residiendo en Alemania y el círculo que implicaba mantener los pagos hacia Francia e Inglaterra como pago de las reparaciones de guerra, se quebró completamente con la captación de capitales por parte de EEUU, en medio de nuestra desesperación e imposibilidad de seguir prestando dinero, dejando a Alemania en la debilidad para sustentar una débil República… Allá, parece que las corrientes que se están visorando como revelo al capitalismo no son precisamente comunistas sino mas bien profundamente nacionalistas…
En fin… Sólo les pido perdón por no ser el hombre inteligente y triunfador que ustedes quisieron. Sólo he sido un fracaso. En ocasiones creía burlarme de la muerte sabiendo que la muerte tiene buena memoria… Pero sé que hoy me sonreirá de sobremanera.
Dominic Hopkins
Párrafo Síntesis:
El crash de 1929 fue una crisis del mercado bursátil que tuvo lugar en Nueva York entre el 24 de Octubre y el 29 de Octubre de 1929. Este evento marcó el comienzo de la Gran Depresión, la mayor crisis económica del siglo XX. Los días clave del crash se denominan: Jueves Negro (24 de Octubre), Lunes Negro (28 de Octubre) y Martes Negro (29 de Octubre).
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