Buenos Aires, Argentina, 8 de enero de 1919.
Querida Madre:
Desde mi llegada a la Argentina las cosas no han sido fáciles, y usted lo sabe. Pero hasta ayer todo parecía encaminarse; conseguí un trabajo fijo en una industria metalúrgica, como papá hubiese deseado, y me pagan 3 veces más de lo que me pagarían en España por igual tarea; además, he podido instalarme con los míos en un "conventillo" de la zona sur de la ciudad; dicen que es una antigua casa de una familia acomodada, que la abandonó cuando la fiebre amarilla llegó a esta zona de la capital; ahora somos muchas las familias que vivimos en ella, una por cada habitación, y compartimos el baño. No es cómodo, pero es un techo y lo vale.
Pero la maldita guerra, impidió la importación de materiales e insumos metalúrgicos para el trabajo, y eso hizo que se reduzcan nuestros salarios y se le dé trabajo a mujeres y niños en condiciones que no merecen; esto produjo que nos juntemos para defendernos y formáramos nuestro propio sindicato; dentro de él hay 2500 personas y muchas ideologías, hay anarquistas, sindicalistas, pero la mayoría es socialista como yo y lucha por una sociedad más justa.
El sindicato decidió llamarse a huelga ayer, nuestras peticiones son justas: aumentos salariales, descanso dominical, que reincorporen a nuestros delegados despedidos, jornadas laborales de 8 horas. Pero los patrones contrataron un grupo de obreros anti-huelgas para que trabajen mientras dure nuestro paro. Nosotros intentamos convencerlos para que no nos perjudiquen, pero ellos no escucharon, y algunos obreros le lanzaron piedras y palos para detenerlos. La policía, en defensa de ellos, reprimió y disparó contra nosotros, matando a 4 compañeros, y dejando más de 30 heridos, por suerte yo estoy bien. Según el diario "La Protesta", que es anarquista, dispararon más de 2000 balas y solo 3 policías resultaron heridos. El líder de la represión fue un tal Dellepiane, al cual espero poder darle su merecido.
Realmente, me sorprendió lo que pasó, aunque muchos de nosotros no podemos votar, el Presidente Yrigoyen ha defendido a los trabajadores, y durante su mandato han mejorado muchas cosas; ante otros conflictos sindicales él se puso en defensa de los trabajadores ayudando a destrabar la situación; como en el conflicto de los portuarios, a los cuales recibió en su despacho. Pero se comenta que él dueño de la fabrica, Vasena, es amigo suyo. No veo como una misma persona puede defender y reprimir así a los trabajadores.
Luego de lo sufrido, se ha declarado una huelga general, y mañana vamos a poder enterrar a nuestros compañeros muertos.
Espero no haberte preocupado mucho, espero tus noticias, y extraño esas tierras.
Tu amado hijo.
13 de enero de 1919, Buenos Aires, Argentina.
Querida madre:
Te escribo para que conozcas la terrible situación que vivimos, lo ocurrido hace 4 días no parece tener explicación alguna. Enterada estás, de nuestro conflicto laboral que llevó a la muerte a 4 compañeros. El 9 de enero, la ciudad estaba paralizada, el paro general que se convocó en rechazo a lo ocurrido, se cumplió y no abrió ni un solo negocio, los recolectores de basura no pasaron, no hubo transporte publico, ni espectáculos. Solo salieron 2 diarios, La Vanguardia y La Protesta, que titularon: "El crimen de las fuerzas policiales, embriagadas por el gobierno y Vasena, clama una explosión revolucionaria". Todo estaba preparado para que pudiésemos dar el adiós a los trabajadores que perdieron su vida a mano de la brutalidad policial. Éramos hombres, mujeres y niños del pueblo, con sus crespones negros y sus banderas rojas y negras, éramos socialistas, anarquistas y sindicalistas revolucionarios que salían a la calle para demostrar que el movimiento de los trabajadores no temía a ninguna represión.
A las 3 de la tarde partió la caravana hacia el cementerio, contábamos con un grupo de autodefensa que portaba armas en caso de que algo ocurriese. Al pasar por una iglesia, algunos anarquistas gritaron insultos a la religión, que fueron devueltos por tiros de la policía desde adentro de la "casa de Dios", cobrándose las primeras vidas del día. Al pasar por las armerías, la movilización se apropió de algunas armas para la defensa. Aproximadamente a las 17 horas de aquel 9 de enero, la interminable y conmovedora columna obrera llegó a la Chacarita. La gente se fue acomodando como pudo entre las tumbas y comenzaron los discursos. En primera fila estaban los familiares de los muertos. Madres, padres, hijos, hermanos desconsolados y acompañados en el dolor y la necesidad de justicia por miles de personas. Mientras hablaba el dirigente Luis Bernard, surgieron abruptamente detrás de los muros del cementerio, miembros de la policía y del ejército que comenzaron a disparar sobre la multitud. Era una emboscada. La gente buscó refugio donde pudo, pero fueron muchos los muertos y los heridos. Los sobrevivientes fueron empujados a sablazos y culatazos hacia la salida del cementerio. Según los diarios, hubo 12 muertos y casi doscientos heridos. La prensa obrera habló de 100 muertos y más de cuatrocientos heridos. Ambas versiones coinciden en que entre las fuerzas militares y policiales no hubo bajas. No hay antecedentes de semejante matanza de obreros. Pero parece que la policía no estuvo sola en la represión, un grupo de jóvenes de las clases altas de la ciudad, decidió salir a imponer "orden" entre los obreros. Este grupo se autodenomina "la Liga Patriótica", y según lo que dicen, su líder invitó a la "valiente muchachada" a atacar a los "rusos y catalanes en sus propios barrios si no se atreven a venir al centro".
Pero esto, no hizo más que animar al pueblo a seguir con su lucha y continuar la huelga. Nos mantuvimos en los alrededores de la fábrica, en la cual también hubo disparos y más muertos. Pero nuestra lucha tuvo su fruto. Finalmente el 11 de enero, el gobierno llegó a un acuerdo con el sindicato basado en la libertad de los presos que sumaban más de 2.000, un aumento salarial de entre un 20 y un 40 %, según las categorías, el establecimiento de una jornada laboral de nueve horas y la reincorporación de todos los huelguistas despedidos. Poco después se resolvió volver al trabajo.
Para finalizar, he sido testigo de la peor tragedia del movimiento obrero de este país, donde las clases dominantes, no solo nos emplea en pésimas condiciones, sino que también nos mata ante nuestros reclamos.
Saludos con tristeza, espero que la situación en nuestro país sea mejor, te extraño.
Pd: Te envió una foto del periódico, para que sepas como fue la situación. La policía imponía su presencia en sus caballos, en medio de la multitud que todavía, se encontraba pacifica.
Tu amado hijo.
Bibliografia: http://www.youtube.com/watch?v=6nsFt4wwpY&feature=player_embedded#at=224 link interno
Los Cuatro peronismo de Horowicz, link interno.
Profe, porque mi trabajo no tiene comentarios?
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