Nueva York, 1ero de Septiembre de 2000
Mi nombre es Jack Hale y tengo 95 años.
Nací y viví casi toda mi vida en Chicago, en la gloriosa América. Pude vivir numerosos hechos históricos (Primera y Segunda Guerra Mundial, Totalitarismos Europeos, etc.) Ahora que estoy en mis últimos años de vida, decido hacerlo a usted conocedor de mis palabras, de alguien que ha vivido desde el peor lugar posible la crisis de 1929, y ha sido testigo de cómo Estados Unidos salía adelante.
Actualmente estoy viviendo en Nueva York, la ciudad de mis sueños. En esta tierra, donde todo parece poder hacerse realidad, doy fidelidad de ello, pero nada se consigue sin esfuerzo.
Esta historia que decido contarles, no es más ni nada menos que una crónica de mi vida, quizás en una de mis épocas más importantes.
Aunque lamento ser repetitivo, empezaré desde el principio, como corresponde. Nací y viví casi toda mi vida en Chicago. Mi vida fue muy difícil, puesto que estuvo llena de complicaciones, no tuve una educación sólida, trabajé desde pequeño. Y todo esto para conseguir el pan para mi familia, para que nunca faltara en la casa. Como decía mi padre "el estudiar es una pérdida de tiempo". Me hacía creer que la educación no traía dinero a la casa y el trabajo sí. Sin embargo, jamás podría haber accedido a la educación, ni yo ni ninguno de mis muchos hermanos. Era algo lujoso, solo disponible para los niños de alta sociedad. El tiempo me demostró lo contrario, claramente, una educación te trae dinero y te hace "salir adelante" en la vida. Es por esto, además de nuestra precaria situación económica, que trabajé desde chico. Mi familia y yo vivíamos en una pequeña casa, vivíamos de un alquiler que apenas llegábamos a pagar a fin de mes.
En el año 1920, con tan solo 15 años, pasé a ser el hombre de la casa. Siendo el mayor de mis hermanos, y con la incipiente muerte de mi padre, fue como me hice cargo de la situación económica familiar.
Sin embargo, ya se evidenciaba la prosperidad en la economía por aquellos años. A mis hermanos y a mí nos aumentaron el sueldo en la fábrica que trabajábamos. Una fábrica textil que conseguía cada vez más demanda en la población. Con estos primeros salarios, pudimos comprar una heladera, ropa, y demás cosas. Para nosotros, era la gloria. Pero las condiciones de trabajo seguian siendo desafortunadas.
A mis compañeros los despedían por llegar 5 minutos tarde con la excusa de "hay mucha gente que desearía trabajar, no perderé el tiempo con vagos". A mí, en cambio me despidieron por algo muy distinto. Me enfermé terriblemente un lunes. Falté al trabajo, y por esto pagamos toda la familia. Al día siguiente, ni a mis hermanos ni a mí nos dejaron pasar a cumplir nuestra jornada laboral de 18 horas.
Mi vida continuó, y mis hermanos y yo seguimos caminos distintos, especialmente yo, cuando cumplí 24 años. Después de luchar contra las adversidades, me casé con una hermosa joven con la que crecí. Hacia 1927 seguía trabajando, ahora ya en la industria del acero, como obrero, claramente. Ya con hijos y casado.
Aquí las condiciones de trabajo eran igualmente de malas, no teníamos leyes laborales que nos amparen, algo que planteaba la lucha de los trabajadores, teníamos un sueldo bajísimo, y las condiciones de trabajo eran completamente insalubres, era un trabajo alienante de aproximadamente 18 hs de jornada.
Con la llegada de la crisis mundial de 1929, el denominado 'crack' de la bolsa de Wall Street, cerró la fábrica en la que trabajaba, otra vez desempleado. No solo cerró la fábrica en la que trabajaba, la crisis dio lugar al desempleo masivo y a la miseria generalizada a causa de los cierres de esas mismas fábricas y otras fuentes de trabajo. Nuevamente me encontraba en mi juventud, en la misma situación devastadora de mis primeros años de vida.
Fue uno de los momentos más difíciles en mi vida, ni mis hijos ni yo conseguíamos trabajo, y vivimos en la miseria durante un período relativamente largo de tiempo.
Con la llegada del presidente Roosevelt, las cosas cambiaron increíblemente. En 1934 conseguí trabajo, y mis hijos también. Se habían comenzado a realizar obras públicas para impulsar el empleo, y dado que mis muchachos eran fuertes y jóvenes, comenzaron a edificar hospitales, escuelas, construcciones públicas, etc. Yo por mi parte, continué trabajando en una fábrica, pero en condiciones muchísimo más dignas, me aumentaron el salario, las jornadas laborales eran más cortas, teníamos seguro de desempleo, comenzaron a surgir los convenios colectivos de trabajo, quienes se encargaban de negociar con los dueños de las grandes fábricas. Así fue como conseguimos vacaciones, planes de salud y más. Ya no existía tanta tensión entre los obreros y los dueños de las empresas, de todo esto se encargo el Estado, a partir de un programa del gobierno llamado "New Deal", basándose en el pensamiento Keynesiano.
Con las mejoras en las condiciones de trabajo, no solamente pudimos vivir más dignamente, sino que también, pude entender muchas cosas de mi vida. Antes, lo único que hacía era trabajar y el tiempo que tenía libre era para dormir. Esa era la vida para mí. Nada más ni nada menos. Y de un momento para otro, me di cuenta que disponía de un tiempo para estar con mi familia, y hacer cosas que no tengan que ver con el trabajo. Fueron años de espera para conseguir los derechos que mejoraron mi vida.
Con el impulso del Estado hacia el desarrollo de la industria pesada, por esta época, pudimos comprar nuestro primer auto, algo completamente impensado en épocas anteriores y algo que definitivamente "era para unos pocos". Comencé a sentir una sensación de progreso. Era algo impensado, algo fantástico. Estaba mucho más contento y por primera vez en mi vida experimente la sensación de felicidad. Vivíamos el sueño americano.
Si bien no tuve la suerte de estudiar, y mis hijos lamentablemente tampoco, puedo decir que viví una vida dura, intensa pero interesante, supe lo que era salir adelante. No sería lo que soy hoy, de no haber pasado por tantas adversidades, y no me arrepiento de nada.
Mis hijos tuvieron la suerte de casarse y darme unos nietos hermosos, ahora grandes y con una educación excelente. Aunque viven en un contexto histórico mucho más distinto al mío, mis bisnietos, niños y adolescentes actualmente se encuentran yendo a la escuela y teniendo la vida que yo soñé cuando era chico.
Aunque no haya logrado mi objetivo que era, estudiar, tener un título y ser dueño de mi propia fábrica, algo que era soñar en grande en aquellas épocas, me dedique a aprender a leer y escribir. Actualmente es una de mis grandes pasiones. Luego del triste fallecimiento de mi esposa, comencé a trabajar en un jardín de infantes leyéndoles cuentos infantiles a los niños pequeños. De esta forma llenaba mi tiempo haciendo lo que me hacia feliz.
Hoy, puedo decir que, aunque ya este viejo, puedo disfrutar de la vida. El tiempo me recompensó todo lo que sufrí, pude mudarme a Nueva York, comprarme mi propio departamento y asegurarme de que mis hijos le den educación, amor y una infancia feliz a mis nietos, y mis nietos a mis bisnietos y así sucesivamente.
Después de haber leído bastante sobre la década del 30, creo que luego de la crisis, mucha gente tuvo la posibilidad de cambiar su vida. El haber estado allí difiere mucho de la información que pueden proporcionar los libros, o las fotos y videos. El Estado de Bienestar, logró un equilibrio muy estratégico entre el capital y el trabajo. Segun un gran número de personas la época de declinación y primera gran crisis del capitalismo, comenzó, con la caída de la Bolsa de Wall Street en 1929, pero mi lectura, información, experiencia y saber me hacen pensar que comenzó antes, en la primera posguerra, a través de los desequilibrios crecientes del sistema económico internacional.
Ahora sé que puedo morir sabiendo que nací desgraciado, pero moriré de la forma que siempre desee, tranquilo y en paz, nunca en mi vida creí que podía conocer ese sentimiento, ya que la intensidad con la que viví la misma me lo impidió, me hubiese gustado que mi padre haya podido sentir esa sensación de tranquilidad, al igual que yo ahora.
Jack Hale.
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Tu articulo me parecio excelente. Me gusto mucho como el obrero que no podía sastifacer todas sus necesidades basicas logra un ascenso economico y social. Siento que este relato icentiva a las personas a un mejor futuro.
ResponderEliminarSiento que si comentaste en las primeras lineas que el hombre vivio en hechos historicos como la guerra mundial, que debias haberlo mencionado luego como se relaciona con el obrero y la prosperidad de EEUU que se vuelve una gran potencia. Y creo que podias haber puesto por qué se provoca la crisis del 29 que da los cierres de las fabricas.
Me parecio perfecto como supiste interpretar el obrero en su contexto historico y los detalles del mismo.
Te felicito por el articulo.
Buena la relación entre expectativas económicas y posibilidades históricas para llevar adelante las mismas. Aprobado.
ResponderEliminarComentario: Correcto y pertinente. Aprobado.